martes, diciembre 30, 2008

Otro año

Parece que esto es algo adictivo, soy dependiente de esto, de este escape, y quizás más importante, de la posibilidad que alguien lea esto y de alguna forma no se pierda, no se borre, sea útil.

Estoy en casa aún, ya con algunas buenas noticias, mis tíos parece que han crecido un poco y al parecer este año nuevo volverán a estar juntos, al menos por unas horas. Me siento contento de que finalmente mis esfuerzos hayan dado frutos, que tenga sentido.

Yo... no muy distinto, aún en casa y aún sin pega, buscando pega y después casa. Creo que las cosas ya decantaron, con la separación de mi amigo y uno de mis propósitos cumplido, ya tengo ganas de más. Estos días de diciembre me la he pasado "descansando", porque el descanso es algo como un espejismo, parece que está, pero igual te matas haciendo cosas.

Estoy más tranquilo pero más incómodo, una combinación rara. Creo que se debe a que quiero salir de acá, pero al menos ya se que voy a hacer. Quiero mi (al menos) departamento, tener mis amigos y mi vida, separarme de mi familia, que yo lo necesito y ellos también.

De mi amigo del colegio, las cosas están más calmadas. Estoy menos... atrapado por mis deseos, ya las cosas son un poco como antes, y creo que ya no pasará nada, no podría, no quiero algo así.

Viene otro año, otras promesas y otra oportunidad para tener nuevos propósitos. Este año 2009 no lo voy a terminar solo, esa es una promesa, quiero algo mío, algo que me duela perder.

miércoles, diciembre 03, 2008

Todo por un perro

Pensé que no iba a escribir más acá, pero creo que el lobo quiere quedarse más tiempo. Pero, aunque me gusta que lean lo que escribo, es por la sensación que lo que me pasa no se olvida, que está ahí, que me sirve para poder guardar las cosas que siento y por las que paso.

Mi vida en estos ya tres meses ha sido... diferente, no especial, pero me saco de la rutina. Participé en un proyecto interesante, me relacione con personas que no conocía y que debo reconocer, la diferencia de edad era bastante, aunque me de orgullo contar que todos me suponía entre 8 o 10 años más joven de la edad que tengo, eso es muy grato.

La relación con estas personas me mostró que he cambiado bastante, pero también que soy bastante distinto a ellos. He avanzado para ser una persona capaz de llevar una vida "normal", pero también soy alguien que ve las cosas de otra forma y busca otras cosas en esta vida normal.

Es cuanto a lo demás, las cosas como siempre, acá en casa, sin ni un $$, algo cansado de la gente, con ganas de escapar pero se que no puedo, lo quiero y me importan, es una situación rara.

Mi acercamiento a mis amigos del colegio ha sido lento, pero me comunico bastante con algunos, en especial a la que fue mi polola en media, rara situación, pero ella me conoce bastante. También estoy armando una reunión con algunos amigos, que si espero la "mega" reunión, me salen raíces.

He estado apunto de escribir varias veces, pero no sentía que fuera algo importante, algo que mereciera salir de mi "bitácora" (diario de vida), pero es increíble, me siento como personaje de película.

Se les hace familiar el señor Udall, vi la película otra vez hace poco (As good as it gets). De esa película me gustan tres escenas. La del restaurante, donde él le dice el porque debe quedarse, el viaje en el auto, donde el Simon Bishop (el pintor) le cuenta su drama y él le responde con una verdad casi absoluta (lo que da rabia no es que a ti te sea difícil, sino que a otros les sea tan fácil, traducción al peo), y la tercera, y quizás la que menos recordaba, pero que ahora me ha llegado más, es cuando sale de la oficina de su doctor para que su mujer trate al hijo de Carol Connely (la camarera), los mira a todos y les pregunta, "¿y si esto es lo mejor que podemos tener?". Cuando lo escuche otra vez... no lo se, ahora me toco más, no se el porque.

Ahora me siento como el señor Udall, tengo a mi perro enfermo, está en las últimas, debo atenderlo, secarlo, porque se orina encima, llevarlo a otro lugar para que cague, porque ya no se puede levantar, y cuidándolo toda la noche, porque no puede dormir.

Me siento inútil y sin forma de cambiar esas cosas que hacen que los días sean distintos, me siento como observador, como alguien que... no elige. La pronta muerte de mi perro me hace ver que las cosas no son como las soñamos y solo podemos hacer lo posible, como es lógico.

Creo que es muy probable que vuelva a escribir, a botar un poco de presión, a grabar estas ideas para no perderlas, cambie, pero sigo igual.

PD: Mi perro murió hoy, acabo de llegar del veterinario, hay cosas que lastiman mucho, por tonto que parezca.

sábado, agosto 30, 2008

El camino del lobo estepario

Llegué a las 3 de la mañana, me trajo una de mis amigas del colegio, durante el viaje conversamos de mucho, no se bien de que, no me pregunten.

Veníamos de la reunión, veníamos satisfechos y con muchas risas, veníamos contentos después de tantos años. Yo... no puedo describir esto con una palabra.

La noche comenzó con mi amiga atrasada y yo esperando algo impaciente. Finalmente llegó y nos dirigimos al supermercado, a juntarnos con mis amigos del colegio, que raro se sonaba eso, después de unos minutos de buscar estacionamiento, entramos y encontré algunos recuerdos.

Muchos saludos, muchos "¿y como has estado?", y mucho de miradas que revisaban de pies a cabeza. Yo... en un comienzo algo nervioso, después totalmente desenvuelto, con mucha risa y mostrando mis típicos comentarios algo cómicos, algo pesados, me sentía de 18.

Llegamos a la casa donde estaba la parrilla, yo con mi amigo haciendo lo que siempre hago mejor, ayudar a prender el carbón, preparar la carne, probar la carne, y reírme un poco. Conversando con mi amigo, poniéndoos al día, pero no contando lo que había pasado, sino bromeando, conversando como si nos hubiésemos visto ayer.

Después, una suerte de reunión de alcohólicos anónimos, una rueda contando lo que había pasado en estos 16 años. Realmente, mi vida ha sido bastante fome, algunos con historias muy buenas. Y después... solo risas.

La reunión terminó tarde, y terminó porque alguien vio su reloj y... "¡ya son las 3!", despedidas varias, promesas de vernos, que si bien no se si habrá otra reunión pero al menos yo voy a seguir molestándolos y juntándome con ellos, y una subida rápida al auto.

Llegué cerca de las 4, ordenando mi pieza que quedó un desastre cuando me arreglé, sacándome la ropa y poniéndome el pijama que no usaría si estuviera solo, y una vez acostado, con las fotos que saqué y las fotos que salieron del baúl de los recuerdos de uno de mis amigos, comencé a revisarlas, una y otra vez, mirando lo que no podía recordar, y viendo las cosas que había vivido, permitiéndome no olvidarlas.

Quedé como suponen algo triste, con hambre de mas recuerdos y con ganas de hacer algunos nuevos, con algo de pena y también de alegría. Como supondrán, uno de los que asistió a tan importante cita fue él, y bueno, viendo las fotos donde sale y viendo esas miradas, que no se bien si significan algo. Igual... vi algunas miradas cuando salieron algunos comentarios del curso, pero como siempre, no quise pensar en eso, me hace algo de daño.

Ahora, después de haberles contado a todos acá en casa como fue la reunión, de lo poco que recuerdo y lo poco que quiero contarles, con la cabeza más tranquila... se que se acabó esta soledad, se que tengo a estos amigos para tender la mano cuando me sienta en el suelo, y se que voy a convertirme en esa persona que salió del colegio, o eso espero, en eso tengo fe. Me di cuenta que no me gusta como soy, que ya se acabó y que las cosas tienen que cambiar.

Aún no se que pasará conmigo y con este blog, quizás tal como lo hizo Harry Haller, solo desaparezca, no lo se. Si tengo algo de suerte, así será

jueves, agosto 28, 2008

¿Por qué chucha a mí?

Están por pasar cosas, este viernes es un gran día, muy grande. Este blog quizás esté siendo leído por personas que jamás pensé que llegaran a leerlo, pensé en cambiar la dirección, y lo hice por algún tiempo. Pensé en borrarlo, pero es muy importante. Pensé en borrar algunas entradas, pero no se cuanto me arrepentiría después.

¿Qué piensan ustedes?, es algo lógico y racional ocultar esto de personas que me importan tanto, y que probablemente sean las que me ayuden a levantar eso que era antes de toda esta locura que me ha tocado vivir. O se justifica el exponer todo esto, que probablemente me separe de ellos y me quite la única posibilidad de dejar de sentirme solo, de esos sentimientos del colegio, cuando yo era parte de algo, que es lo único que me ha hecho llorar desde que era chico, que el día de mi graduación y de la separación de mis amigos se murió algo más dentro de mi.

Esto lo voy a decidir este viernes, voy a ver como hago para elegir el camino que debo seguir, quizás cambie de dirección del blog, es muy directa a mi, aunque mi nombre ya sale en uno de los post. Pero lo claro es como después de tanto, llegue a lo que quizás mas me marcó en mi vida, eso que me convirtió en la persona que entró a la universidad, y que cambió tanto, esa que, con lo que aprendió en el colegio, pudo superar la soledad y soportar el volver a ella.

Dios... siempre me he preguntado, ¿por qué chucha a mí me tiene que pasar todo esto?, ¿cuándo terminará esto?, ¿cuándo dejaré de bailar con la fea?. Les cuento un secreto, a pesar de haber sobrellevado tantas cosas y decir y jurar que he aceptado todo lo que me ha pasado, y hasta agradecer porque me ha mostrado cosas que no se bien si alguno de mis amigos comparte conmigo, siempre sale de noche, esas noches donde no puedo cerrar los ojos... ¿por qué chucha a mí?.

domingo, julio 06, 2008

Fin del segundo acto

Esta semana ha sido... difícil. He pensado mucho en mis encuentros, en lo que estoy reencontrando y como esto me ha mostrado lo lejos que estoy de lo que quiero.

Pues bien, estoy dejando mi trabajo, ya es un hecho. Hablé con mi amigo y ya estoy fuera. Estoy terminando los últimos detalles, no me gusta dejar cabos sueltos, así que probablemente en esta semana deje la oficina. Se que ahora será algo más complicado ver a mis amigos que están en la oficina, pero como dije, es hora de que busque algo solo, algo que quiera y que me permita tener otras cosas.

Me he pasado la semana recordando aún mi reunión con él, igual con muchas ganas de encontrarme otra vez. Me junté con otro de mis amigos, y hablamos y hablamos más y más. Me di cuenta que soy bien despistado, he sabido cosas, o que no recordaba o que no noté, pero es claro que no soy muy observador. Creo que soy algo... egocéntrico, que cuando dicen que la vida de uno gira entorno a uno, me lo tomo muy a pecho.

Con más tiempo, espero esta semana poder hacer esas cosas que con plata y tiempo siempre he querido hacer. Quizás encontrarme con más amigos, quizás salir, aunque no se bien a donde, quizás darme un gusto y comprar alguna cosa inútil y cara solamente para gastar dinero. No se bien que pase.

No puedo negarlo, se vienen muchas cambios y tengo algo de miedo. Se que es lo que quiero, tengo más confianza, pero siempre esta la pregunta "¿seré capaz?". Ahora parezco imprenta, tirando currículum como loco, tratando de que no se note tanto el tiempo que tengo perdido, que con todo lo que me ha pasado, tengo desventaja, tratando de mostrar lo que me gusta hacer, para no caer en algo como mi trabajo con mi amigo, tratando de no olvidar nada y bueno... tratando de no verme tan loco y complicado, lo que cuesta un poco.

He escuchado a mis amigos hablar de las entrevistas de trabajo, y solo espero que ese día no esté en una de mis fases metafísicas e inicie todo un ensayo sobre como las hojas que caen afectan la paz mundial.

Bueno, creo que pasó lo que tenía que pasar, esta terminando por fin todo este período de cambios y preguntas, es claro que las preguntas no se acabarán, pero serán algo menos difíciles, o eso espero, y los cambios ya serán menos complejos... ojalá.

Más caminos y más caminar. Todo sigue igual y completamente distinto. Es raro, todo puede cambiar en unos minutos.

martes, julio 01, 2008

Casi...

Hace cuatro días que me encontré con él. Lo acompañe a un trámite que tenía que hacer, y como estaba cerca de donde trabajo... no pude resistir. Estaba en la entrada del edificio, llamándome por teléfono porque para variar estaba algo atrasado, me escapé antes del trabajo para estar tranquilo y tener tiempo de conversar.

Corté el teléfono, no sin antes decirle con una broma que lo veía y que estaba cruzando la calle en forma apresurada, que los buses no son cómodos cuando te pasan por encima. Llegué a la entrada del edificio, él me vio. Está algo más gordo, más arrugado, diferente, pero cuando lo vi... era el mismo que veía en el colegio, y con una sonrisa cambió las cosas. Un gran abrazo y un saludo de esos que se dan los buenos amigos.

Un poco de historia, un poco de recuerdos, un inicio algo nervioso. Él tenía que hacer el bendito trámite y subimos por el ascensor. Era en un piso bastante arriba en el edificio, y antes de llegar nos quedamos solos en el ascensor, unos momentos interminables de silencio que rompí con otra broma y con un estúpido comentario sobre las marcas que tengo en la cara gracias a los medicamentos y a la alergia rosasea, realmente soy un tonto cuando la presión es muy grande.

Se sentó frente a la secretaria, hablando de unos papeles y otras cosas que debía entregar y otros que debía recibir, yo miraba la oficina y lo miraba, era una situación extraña, después de todo el nerviosismo del ascensor me sentía tranquilo, esa oficina me sacó el golpe que fue verlo.

Salimos de la oficina y ya era como en el colegio, bromeando, hablando como cabros, yo como siempre, como me siento cómodo... diciendo bromas, hablando algo liviano pero algo denso, una combinación algo rara, como cuando las cosas las siento simples.

Los dos teníamos hambre, y como buen santiaguino... "unos completos por favor". Y nos sentamos, y nos sacamos lo que sobraba, yo mi abrigo y el su chaqueta, y comenzamos a conversar. Que les puedo decir, a pesar de la primera impresión, él sigue teniendo eso que me gustaba tanto cuando joven, no tiene un físico espectacular, pero tiene ese físico que me gusta.

Conversación y más conversación, yo contando mis desdichas y el contándome de su familia, de sus padres, de su abuela, de sus hermanos y de sus hijos y su mujer. Y yo... como siempre mirando lo que quiero y no puedo tener, escuchando sin mostrar cuanto me molesta escuchar, concentrándome en su cara y en lo que podía recordar.

Me preguntó por mis años, mi vida, que había pasado... "no ha pasado mucho". Le conté más de mi enfermedad, de lo poco que recordaba, de lo mucho que estaba buscando, de cuanto necesitaba encontrar a mis amigos, encontrar algo firme, algo mío. Vi en su cara la incredulidad cuando escuchaba todo lo que le contaba, y sobre todo el saber que había estado solo todos estos años, porque aunque le dije que había tenido algunas cosas por ahí, se bien que no estaba en un buen momento para mentir.

No se bien cuanto conversamos, pero para mi fue muy poco. Yo miraba el reloj, tenía que hacer pero no quería partir, él lo notó y salimos del local. Caminamos hacia el metro y seguíamos conversando. En la entrada de la estación una mujer vendía guantes para niños, y él buscó unos guantes para su hija, y yo mire como estaba agachado en el suelo buscando esos guantes... tan cerca y tan lejos.

Más conversación, lo acompañé todo lo que pude, hice una vuelta larga que siempre hago cuando quiero ir sentado durante el viaje. Seguimos conversando, y conversando. Él me dijo que estaba flaco, y yo que no estaba tan gordo como me había dicho, él toco mi estómago y yo el suyo, dos momentos que valía la pena vivir.

Llegó el momento de bajar, de dejar el maldito vagón, de despedirse. El tren a punto de detenerse y yo me despido, le pido que nos encontremos pronto, que mis amigos del colegio son de lo poco que me queda que tiene algo de sentido para mi, lo abrazo y él a mi, y en el abrazo siento algo de cariño, el mismo que sentí cuando nos saludamos, la misma sensación rara cuando me preguntó sobre mis "experiencias" en estos años. Sentí algo de esperanza, un poco de eso que te ayuda a dejar la cama en las mañanas, sentí que él también sentía algo.

En el abrazo sentí como nuestras caras se rozaron, algo de su calor y de su pecho contra el mío. Nos alejamos y comencé a seguir al rebaño que salía del vagón. Una vez fuera miré atrás y él me miraba y yo me sentí por un momento de 17, por un momento olvidé casi todo, casi todos los malos ratos, casi todo lo que me ha costado, casi todo... pero solo casi, porque él estaba allá, dentro del carro, y yo fuera, viéndolo por la ventana. El metro se fue y yo bajé la escalera.

domingo, junio 15, 2008

Una llamada

Pasó lo que nunca imaginé que podía pasar, de una forma misteriosa y francamente inesperada, me he encontrado con un montón de compañeros del colegio.

El asunto es que me he encontrado con esos amigos que me conocieron como era, y creo que al final, me he convertido un poco en eso, han desenterrado a ese tipo más... optimista que había antes.

Pues bueno, y pasó lo que tenía que pasar. Entre los que encontré estaba él, ese que me hacía llorar cuando me preguntaba por que chucha tenía que gustarme, ese que al final no fue a la gira de estudio, ese que siempre pensé como un imposible.

Un día, repentinamente, sonó mi celular y escuche una voz algo aguda, hablando tipo oficina, de esas llamadas educadas que buscan a una persona en particular, el asunto es que esa persona era yo.

No se como decirlo... cambio todo en un segundo, hace unos días había visto una foto de él junto a sus hijos, y no puedo negarlo, me salieron algunas lágrimas, un poco por eso que sentía antes y que algo siento ahora.

Estaba teniendo una de esas conversaciones, de como va un proyecto que me tiene la cabeza como papa, que me tiene chato, que me ha dejado agotado todo este tiempo, y al escucharlo sentí que estaba en otro lado, me sentí bien, hasta alegre puedo decir.

Al darme cuenta con quien hablaba me fui de ahí, comencé a hablar como lo hacía cuando estaba en el colegio, me sentía raro, porque él no hablaba así, y creo que el se dio cuenta de eso. Me sentí muy mal, pero no podía hablar en ese momento y me costó mucho decirle que lo iba a llamar después.

Colgué y la sonrisa no salía de mi cara, continué con la conversación y cada vez me sentía más fuera de esa oficina. Ya llevo un tiempo cansado de mi trabajo, por mucho que esté con mi amigo, las cosas no están como me gustan. Y bueno, con esto fue algo más que claro que quería salir de ahí pronto.

Me puse a trabajar, a terminar el maldito trabajo que faltaba, o al menos intentarlo, a ver como pasaba el tiempo lento. Pero eso no duró mucho, porque soy algo obsesivo y cuando me pongo a resolver un problema, me pierdo en ese instante y no existen otras cosas. La tarde se fue rápido, y cuando vi el reloj y vi que ya era la hora de salir... recordé la llamada y la clara necesidad de cumplir mi promesa, tenía que llamarlo.

Pero que digo, que puedo decir o como hacerlo, para que no se de cuenta... como lo hago para esconder esa voz de niño que me salió cuando me llamó por la tarde, como hago para no pedirle que nos juntemos ese día, o a lo más mañana...

Salí de la oficina y camino al metro y como siempre digo... si no lo hago ahora, me voy a arrepentir. No lo pensé mucho, tomé el teléfono y marqué su número, que es distinto al que le di por correo. Me contestó como supongo que lo hace ahora con todas las personas, no reconoció mi voz, ni tenía porque hacerlo, me preguntó quien era y bueno... salió el cabro chico.

Me sentía en el colegio y hablé como en el colegio, no se si lo incomodó en un principio, pero después el comenzó a hablar algo como recordaba que lo hacía. Muchas palabras y preguntas, mucho saber de nuestros compañeros, muchas preguntas de como estábamos y donde vivíamos, y mucho de "llámame para que nos juntemos".

Colgué otra vez, por segunda vez en un día, a alguien a quien no pensaba ver otra vez en mi vida. Caminé hacia el metro y... me puse a pensar y pensar... "¿qué voy a hacer ahora?".

Esto fue hace más de una semana atrás, y mucho me ha pasado desde entonces. Me he sacado algo del peso que tenía en el trabajo, terminando el trabajo maldito, claro que del bendito proyecto siguen saliendo requerimientos que me dejan chato. Ha cambiado paulatinamente mi visión de lo que tengo y lo que quiero, ha sido un proceso cansado y algo molesto. He tomado decisiones importantes, algo de que hacer y como hacerlo. Han pasado muchas cosas. En fin... ha sido un terremoto grado 9.

Estoy pensando en dejar el trabajo. Por parte de un familiar tengo una oportunidad en una empresa, quizás la tome y me cambie de trabajo, lo que significa un traje y una corbata, pero también significa mayores responsabilidades pero con mayores recompensas. Estoy con ganas de tener una casa, literalmente ya no aguanto más, no es que no los quiera, es que ya no los soporto, es como la gota de agua en la frente, después de la 10000 como que ya el agua no parece tan grata. Estoy con ganas de matar esta soledad, buscar eso que tanto digo que busco, pero hacerlo de verdad.

En cuanto a hablar con él... los primeros días no pensaba en otra cosa... verlo, después vinieron los días "y que cresta le digo...", ahora estoy en los "quizás es mejor dejar que las cosas pasen...". Estoy a punto de llamarlo para que nos juntemos, me gustaría que nos juntáramos solo los dos, me gustaría decirle algunas cosas de las que siento, pero se bien que si hago algo de eso, terminaré contándole todo, pero no se que tan inteligente sea eso, que es lo que me detiene cuando tomo el teléfono.

Y pasó otra vez... cambió todo otra vez, y todo va a seguir cambiando. Tengo algo de miedo, no se si sea capaz de enfrentar todo esto, he pasado por momentos algo tensos y no me he sentido muy bien, he tenido algunos mareos raros que no he contado a nadie, no han sido fuertes, pero algo de miedo me dieron al pensar que los médicos pueden equivocarse y este sea otro período de esclerosis múltiple.

Como ven, mi cabeza da muchas vueltas y llega a pensar cosas idiotas, no se que pasará, no tengo idea que hacer, mi mayor duda es si llamarlo o no.

domingo, mayo 18, 2008

Amigos del pasado

Esta vida es una cosa muy rara, las vueltas que da y el momento que escoge es algo que parece salido de la cabeza de un loco. Después de tanto tiempo, después de tantas cosas y tantos cambios, regreso al pasado de golpe.

Me encontré con mis compañeros del colegio, con esos que pensé no volver a ver, esos que me conocieron en mis días más negros, donde me escondía y trataba de no meter ruido. Las cosas son muy raras, yo ya estaba saliendo, dejando atrás toda esa mierda de rabia, enfermedad, ser una víctima, ser el hueón con mala suerte que le pasó de todo. Tratando, y aunque no lo parezca, dejar de ser y comenzar a encontrar otra vida, algo mejor, algo que me haga sentir bien, satisfecho, contento de estar y con ganas de ver más.

Me siento de 17, me siento un poco asustado, me siento algo fuera de lugar. Quizás porque, a pesar de sentir los 17 encima, se que no soy así. Es una sensación rara, se muy bien que ya no seré ese que conocían, que no me asustaré, que no soy el de antes, que mi personalidad ha cambiado mucho, que soy mas extrovertido, pero como dice mi mamá, me veo más triste. No se si me van a reconocer, y aquí viene lo raro, no se si yo me reconozca junto a ellos.

Es una cambio muy brusco el que he sufrido y es... es un poco lo que sentí después de volver el 97 de mi casa a la universidad, el sentirme fuera de lugar, en la vida de otro.

Quizás en esa reunión vea a los que considero entre mis mejores amigos, esos que conocen todo lo que me pasó, lo bueno y lo malo, mis mayores vergüenzas y mis mejores momentos.

Pero ya saben lo que más temo y a la vez quiero encontrar. Quizás me encuentre con él, ese que me tenía tan mal en el colegio, ese que me mostró esto distinto que sentía, y que me llevó a mentir, para estar cerca de él pero sin mostrar lo que sentía.

Me han dicho que ha cambiado mucho, que está gordo, que está casado, que ha pasado mucho tiempo, como si eso no lo supiera. Quizás lo que me quita el sueño es saber la respuesta a esa pregunta que me ha salido después de recordar y ver ya más viejo esos detalles que me llevan a pensar que quizás, solo quizás, él sentía lo mismo que yo, y que no supe verlo, y que perdí la oportunidad de tener algo que quería tanto, y que hubiera cambiado casi todo, después de tanto tiempo tener a alguien al lado, alguien por quien llorar, alguien que pudiera provocar llanto de suceder alguna desgracia.

Como me han dicho, hasta mi mamá lo ha hecho, soy una persona más bien fría. Me veo simpático, que comprendo a la gente, que doy buenos consejos, que me preocupo. Quizás eso sea cierto, pero de algo estoy seguro, jamás lloraría por uno de ellos, simplemente porque no puedo, porque no sale, porque... que se yo, porque me defiendo y no quiero que me lastimen otra vez, porque no quiero perder algo así otra vez, porque... estoy un poco muerto en esa parte de mi.

En estos días lo más probable es que me junte con mis amigos de colegio, con esos que me conocen y que vieron mi cara más vulnerable, de los pocos que la conocieron. Si nos juntamos, estoy casi seguro que me encontraré con él, se bien que se ha comunicado con la persona que esta "organizando" la reunión, juntando teléfonos, email, los famosos facebook.

Creo que viene otro cambio, otro de esos golpes bajos que te hacen ver las cosas de otra forma. En estos momentos, justo en estos momentos, acá en casa estoy cada vez más cerca de reventar, de no aguantar más, de simplemente decir... "estoy aburrido de que se comporten como idiotas", y ahora sale esto.

Han un dicho que habla de que estas cosas vienen de a tres, quizás cual sea la tercera.

lunes, mayo 05, 2008

Cambalache

No se como caminar, no se como moverme, no se que sentir o hacer. Los días cada vez me muestran más claramente que lo que temía es cierto... "el mundo es y será una porquería...".

Pues si, hoy estoy en uno de esos días negros, de esos que uno escribe en los blogs cuando tiene días negros, no ha sido un buen día.

Mi día, como manda el reloj, comenzó ayer en la noche (es curioso como uno dice eso y lo entienden de todas formas)... quiero corregir, hoy en la madrugada, ya era tarde y comencé a pensar y pensar. Y bueno... pensé, en cuan válida es mi vida, en cuanto de lo que tengo realmente vale la pena, y de eso, cuanto es verdaderamente mío. Que les puedo decir, otra vez la soledad que ataca de noche.

Me deprimí, pensando en cuan feliz soy con mi sobrina, cuanto significa para mi esa sonrisa con cuatro dientes, brillando casi tanto como esos ojos que hacen que la luz brille más. Daría todo por esa niña.

Y luego vino lo inevitable, no quiero estar solo, quiero alguien así para mi, alguien que haga soportable lo tonto que son los días, lo pestilente que es perder el tiempo en el metro, lo horrible que es tener que estar 8 horas diarias conversando con personas que realmente no entienden más que lo laboral, o dándoles el beneficio de la duda, que no quieren mostrar todo eso que hace de su mundo algo único.

Me da miedo el innegable hecho de que la vida como la conocemos es algo absurdo, que es inaguantable si no tienes algo que te permita tener ese espacio, ese refugio, fuera de toda esa estupidez.

En la noche pensaba en lo solo que estoy, y en lo difícil que es dejar de estarlo, podría decir que es casi imposible romper esa soledad por propia voluntad, y que hay que esperar ese rayo de luz que te muestra todo lo que sabes que necesitas, pero que no puedes alcanzar.

Veo personas, escucho su forma de pensar, trato de entender sus argumentos que sostienen esas ideas, veo como gastan el tiempo de manera absurda, como todo lo que hacen es hacer nada, como caminan con los ojos cerrados, como es de claro que nadie quiere ver porque no les gusta lo que ven.

Estoy cerca de llegar a un límite, creo que en un corto tiempo dejaré a mi amigo y el trabajo que tengo con él, buscaré algo que me de esa posibilidad de vivir de una vez por todas, aunque es claro que antes de eso necesito el valor de poder enviar al diablo todo lo que me ata, encontraré ese momento donde la verdad llega y la necesidad de eso que hace la vida soportable sea tan impresionantemente fuerte que no pueda mas que buscarlo, un poco como lo que me pasó con este blog.

Hay muchas personas, muchas luchando por lo que creen, muchas que no creen nada, muchas que no quieren luchar. Cuanto de eso es sano, es normal, es enfermo, cuando esta bien o mal, cuan lejos estoy. Quizás me falta poco, quizás solo un poco más... "el mundo es y será una porquería ya lo sé..."

domingo, abril 06, 2008

La viga en el ojo

Un fin de semana extraño, comenzó con la intención de trabajar y avanzar en los líos típicos, tengo que presentar avances en un sistema que estoy reparando, un sistema mal hecho, que me tiene aburrido, que me cuesta trabajar, es un asco. Y termino... escribiendo aquí, en donde me gusta escribir, pero escribiendo que al final, no hice nada.

Estoy algo extraño, esta tarde hable con A. contándole como loro todo lo que me ha pasado en la semana, no se el porque, pero salían solos los problemas de la semana, y me di cuenta de una penosa verdad, no tengo mucho más que el trabajo durante la semana.

He caído en eso que siempre me causo asco, no tengo nada más que el trabajo, no tengo momentos fuera de él. Y quiero aclarar que no es motivado por requerimientos laborales, que si bien hay trabajo, no me están apurando. Lo doloroso es que el que crea todo esto soy yo, me obligo a pasar los días así.

Es cierto el dicho que "uno ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio", estoy haciendo todo lo que siempre aconsejo no hacer. Pero... ¿que me falta?, no tengo idea. Nunca he tenido algo más de lo que tengo ahora, nunca he sentido esta necesidad de romper con las cosas.

Hablaba con mi mamá, sobre como sentía las cosas, y hablando como siempre lo hago, yendo de idea en idea, sin saber a donde me llevan, me di cuenta que me estoy aburriendo, que esta vida no me gusta tal como está, que necesito cambios, y que es la única forma de que todo tome algo de forma, algo más que solo el trabajo.

Quiero cosas, quiero oportunidades para hacer cosas distintas, quiero ser diferente a lo que soy ahora, pero es algo difícil. Me he dado cuenta de algo obvio, gran parte del problema se debe a mi miedo a cambiar, a no saber a donde voy, es como el miedo que tenía cuando comencé a escribir este blog, solo que en este caso no es algo tan personal como mi sexualidad, ahora es en serio, mi vida es algo mucho más complejo.

Es difícil tomar decisiones cuando eres un loco que necesita saber bien a donde se mete, me falta esta temeridad que tienen los que son capaces de tomar una motocicleta y saltar sobre 8 buses, la que tienen los que, sin pensarlo, atan sus pies a un puente y saltan en bungee, o lo más valientes de todos, los que se levantan en las mañanas y buscan lo que quieren, y hacen lo que quieren.

He dicho muchas cosas, hablando de lo necesario que es buscar eso que le de sentido a las cosas, buscando algo que haga los días más soportables, eso que llene los momentos de silencio, o los momentos en los que uno está solo y piensa en todo lo que no ha hecho. Pero al final... no he hecho tanto.

Ya no puedo esperar más, ya tengo 33 y no quiero llegar a los 34 sin hacer algo. Voy a cambiar de trabajo, voy a conocer a más personas, voy a buscar lo que me gusta, a mis amigos, a mi familia. Si es necesario voy a jugarmela y probar, arriesgarme.

Estoy cansado de los días como estos, un fin de semana plano y aburrido.

martes, marzo 11, 2008

Egoísmo

Siempre he sido alguien a quien compartir no le ha sido difícil, soy alguien con una tendencia a ayudar, como sea. Quizás esto se deba a que es una forma de agradar a todos, quizás es porque cuando niño, a pesar de todo, siempre trataban de darme lo que quería, y que al final me di cuenta de esto y dejé de pedir cosas. En fin, jamás sentí la necesidad de que los demás no tuvieran lo que yo.

Ha pasado mucho tiempo de eso, ya estoy algo pasadito para decir que soy un niño, y en estos años he aprendido mucho de muchas personas, de sus consejos y de sus acciones. Me he dado cuenta como la visión que tenía de chico es algo más que ingenua y que al final, no se justifica.

Pero tengo un lío con eso, aún soy un cabro chico, soy algo tonto según mi amigo, algo "especial" según mi mamá, y según mi perspectiva, un cabeza dura que no quiere cambiar.

Esto de no querer cambiar lo siento algo más que correcto, y justifica todo lo que quieras hacer. Si no quieres hacer algo, no lo haces.

Está última idea es la que se me metió en la cabeza... "si solo hago lo que quiero hacer... ¿por qué hago cosas por los demás?". Bueno, la respuesta es simple, porque así soy yo, porque me hace sentir bien.

Y es así que llegue a esto, al final de cuentas, hago lo que hago porque me siento bien haciéndolo. Es entonces claro que lo que hago es para sentirme bien yo, es porque quiero hacerlo, es porque me gusta.

Esto me causa placer, esto provoca en mi esa sensación de satisfacción que sienten los que consiguen algo, que obtienen lo que quieren. ¿Es esto ser egoísta?

El motivo que me lleva a hacer esto es que si no lo hiciera me sentiría mal. Ser dadivoso es al final un necesidad, al menos en mi caso, y el hacerlo es simplemente porque me siento bien, porque me gusta.

Hay mucha gente que se preocupa por mi y me pide que me cuide más, que luche más por mi, que se sienten mal por ver lo que hago por los demás. Yo no los escucho porque no quiero hacerlo, porque lo que ellos quieren no es algo que pese más que lo que yo quiero. Hay veces que estas cosas que yo hago es por ellos, aunque ya he tomado la decisión que si no lo quieren, no lo hago. Pero al final, yo elijo que hacer, y elijo "ser bueno".

Que puedo decir... al final siento que ser "bueno" es simplemente porque espero obtener algo a cambio, quizás no sea dinero, o algo a cambio de mi acción, pero yo me siento bien haciéndolo, lo hago porque lo necesito, porque soy egoísta.

Como en todo, los extremos son malos, y este caso no es la excepción, pero... ¿cuando es malo?, ¿cuales son los extremos?. Esto es difícil, pero considero que esto es malo cuando te arrepientes de haberlo hecho.

Ufff... otro día moliendo sesos. Soy egoísta, me gusta serlo, me gusta ver a los que quiero felices, es lo que más me importa porque con eso me siento bien.

lunes, febrero 25, 2008

Un pequeño cambio

Hoy termina otro fin de semana, un fin de semana después de unos días de miedo, que por diversos motivos los pasé solo en la pega, atendiendo todo incendio que salía, mientras mis compañeros atendían incendios fuera de la oficina. No puedo negar que me sentí algo amargado, sobre todo considerando que la secretaría, única persona que compartió la oficina conmigo, es una persona inútil en su puesto. Solo trae problemas y tuve que apagar algunos incendios que no esperaba, aunque hay otros que no vi y que ella no apagó, así que mañana será un día entretenido con mi amigo.

Fue una semana de miedo, quedé muy cansado, parecía pulpo, atendiendo el teléfono, metiéndome en un servidor para arreglar un servicio, tratando de rescatar algunos archivos, conversando con clientes inventando respuestas para que quedaran tranquilos y me diera tiempo para aprender lo que necesitaba para poder ayudarlos. En fin, quedé muy cansado.

Pero pasó algo esta semana, creo que algo cambió con esto del trabajo, me di cuenta que me lo estoy tomando demasiado en serio, que me estoy sacando la cresta cuando no es así como sucede acá en Chile. Me he dado cuenta que todo lo que me piden es para ayer, que todos quieren las cosas aunque no las necesiten pronto, que al final de cuentas, sacarse la cresta es de tontos.

No puedo evitar pensar en un personaje de los Simpson, Frank Grimes. Ese tipo si que era desgraciado, sacándose la cresta hasta que conoció a Homero y se dio cuenta que todo había sido para nada. Creo que conocí a mi Homero, y creo que me agradó.

Hoy debía revisar un trabajo, un programa que hay que arreglar, un programa que reúne todo eso que te dicen que no debes hacer cuando desarrollas un programa, un trabajo que me ha hecho pedazos la cabeza y que me tiene harto, que si pudiera mandaría a la cresta de una, y que para hacerlo bastaría solo un argumento, "no me saqué la cresta en la U para tener que revisar basura como esta".

Así que... a la cresta, este fin de semana no trabajé una línea de código, ni una letra, nada. A pesar de tener las herramientas, tener preparado el computador, de tener todo para hacerlo, el hecho de ser mi fin de semana, mi tiempo, y ver en el contrato que el servicio se prestará de lunes a viernes me dejó con una idea fija en la cabeza, "Christian... puta que soy hueón".

Una vez me tocó reunirme con mi amigo y otra persona para presentarnos en una propuesta importante, algo de mucha plata, algo bueno. Yo estaba preparando la presentación de mi memoria, así que no estaba toda mi atención en esto. Esa vez la reunión fue programada para un día sábado, y como siempre yo llegué atrasado. Después de llegar y conversar del proyecto, sin dejar de soportar la cara de enojado de mi amigo, me encontré solo con él. Enojado me dijo algo como esto, "no puedes llegar así de tarde, me hacer perder tiempo, tiempo que puedo pasar con mi familia". Bueno, eso es cierto, pero también es cierto que el vive a tres cuadras de la oficina y yo me tengo que mamar un viaje de una hora.

No dije nada, pero me dio rabia, no dije nada, como siempre, que uno con la cabeza caliente siempre la caga. Pero me estoy dando cuenta de que yo no me preocupo por mi familia ni por el tiempo que no paso con ellos, que al final caí en el "vivir para trabajar", que a pesar que el dinero ha sido algo más que bien recibido acá en casa, me está saliendo caro.

Cuan lejos estoy de lo que debe ser un "profesional", no tengo idea. Cada vez más veo a esta palabra como un sinónimo de "esclavo educado", que no falla, que hace bien su trabajo, aunque esto le cueste un brazo. "Debes ser un profesional", o el típico "eso no es la actitud de un profesional", ya me hacen sentir mal.

Creo que estoy un poco estancado en esto, estoy tomándolo mal, estoy manejándolo mal. Hace algún tiempo, aquí en el blog, una persona me aconsejo ir a ver a un psicólogo, no por nada en especial, sino para sacarme todas estas cosas de encima, de aprender un poco de todo lo que me había perdido en estos años. En ese momento no lo tomé muy en serio, pero creo que es una verdad innegable, necesito esa ayuda, esos oídos imparciales que me digan lo que sé y que entiendan lo que siento. Se que es un poco hablar con uno mismo, te ayuda a encontrar las respuestas que no ves porque están muy cerca.

Mañana quizás que pasará, no tengo idea, el trabajo que debía tener no pude hacerlo por tener que ocuparme de apagar los incendios, por estar cansado, por estar en la micro.

Mañana, cuando en la micro o en el metro vea pasar por la ventana esa innumerable cantidad de cabezas, todas mirando por la ventana, o mirando al suelo, todos con la única necesidad de no mirar a los demás, espero no verme reflejado en ellos, y quizás tener la suerte de encontrar al alguien que también esté mirando, buscando a otro loco que se quiera bajar del tren.

jueves, febrero 21, 2008

El hueón

Estoy… cansado, como siempre un comienzo alegre en mi post, pero en estos momentos no puedo decir otra cosa, estoy aquí tratando de hacer lo que hacía antes, sentarme frente a esta pantalla y dejar que saliera todo lo que tenía que decir.

Hace mucho tiempo que no me pasaba, pero creo que está saliendo, poco a poco. Me ha costado encontrar eso que está encerrado y un poco aburrido. Me cuesta escribir ahora, estoy metido en el trabajo o en la micro, estoy cansado de los viajes interminables, de las “sorpresas” laborales, viajes imprevistos, clientes que te dejan harto, tipos idiotas que no se dan cuenta que no sale nada en la pantalla porque la tienen apagada, y cosas así.

Estoy en eso que llaman… no tengo ni la más puta idea de cómo la llaman, pero no debe ser un nombre bonito. Yo podría llamarlo… “estado de coma”, donde todo pasa, no te gusta, pero no haces nada.

Creo que esto ha pasado por algo bueno que ha ocurrido, he logrado hacerme algunos días para estar con mi familia un poco, en verdad más que encontrar el tiempo me he obligado a hacerme el tiempo. Me he dado cuenta de todo eso que le da sentido a las cosas, pero que uno pierde todos los días. Creo que igual me han recordado el porque lo hago, pero también cuanto lo detesto.

Cada vez aprendo más, y tengo más cosas que hacer, más responsabilidades, y más de eso que antes no hacía, relacionarme con personas. Me he dado cuenta que no me cuesta mucho, podría decir que nada. No se si he tenido suerte pero con cada persona que me he topado ha sido algo agradable. No se si esto es porque si te llevas bien con el “computin” te aseguras que te arregle bien el computador, pero que puedo hacer contra eso, al menos hace el día más soportable.

En la oficina cada vez hay menos, por uno u otro motivo, falta gente y sobre trabajo, y eso me agota.

Hoy conversaba con mi amigo, el tipo que aún está estudiando. Nos pusimos a discutir, que yo con él no tengo líos en discutir de cualquier problema, aunque definitivamente yo esté muy cerca de los jefes, no me gusta cagar a nadie, así que si me preguntan, solo digo lo que siento es verdad, lo que no lastime, y lo que no genere problemas que no existían. Básicamente en todo momento les digo “hablen y discutan bien el problema”, pero son tan idiotas que les cuesta un poco. Mi amigo tiene el lío de no saber bien como manejar el asunto relación jefe-empleado cuando el jefe también es algo parecido a un amigo. Una relación franca, al menos como se estila acá, no es una relación de trabajo estándar.

Mi nuevo amigo creo que está algo molesto, no se bien que es, pero siempre me doy cuenta de estas cosas. Con mi amigo de la U, que es el jefe, mi relación ha caído, debido a algunos problemas en el comienzo. No se bien como manejar este tipo de relaciones.

Este problema que me alejó de mi amigo-jefe nació de la presentación de un proyecto. Cuando yo entré a la empresa estaba saliendo de la U, muchos pensamientos locos, después de todo era el fin de una etapa, muy larga y conflictiva. Yo estaba botando con alguien a quien le tenía toda mi confianza todo eso que esta saliendo, lo que había aprendido, lo que estaba sacando en limpio. Y un día, después de una presentación fallida de un proyecto recibí un comentario algo sarcástico sobre mis problemas y lo que le había contado. No me enojé, pero ya esa relación amigo-jefe tomó más peso en el lado jefe.

En fin, la situación es que estoy en una posición que me cansa, que no me gusta, que me aleja de mi amigo, y que no me permite estar con los que quiero, y eso me agota, me cuesta mucho soportar los días. Hay alguno en los que estoy con mucha energía, pero siempre pasa algo, este Murphy desgraciado que asoma su cabeza, y que provoca un “que chucha estoy haciendo aquí” en mi boca.

En estos días ha salido la oportunidad de viajar a Copiapó a quedarme algunos meses, es necesario llevar una persona que se encargue de la red, y bueno… a mi me serviría para aprender, ganaría más plata, y me sacaría de encima este fastidioso dolor de cabeza que significa un proyecto de mantención de un sistema que apesta y no sirve para nada (eso es un capítulo aparte que prefiero no mencionar más allá de esto, me pone de malas recordarlo, y no quiero más de esto por hoy). Esto provoca en mí una respuesta casi automática… “no me interesa”. Se que suena algo demasiado tajante, pensando en todas las oportunidades que implica, pero eso es lo que sale de mi cabeza.

Conversando con mi nuevo amigo, me dice que en mi lugar lo toma, es una buena oportunidad, plata, y algo que no esperaba escuchar, me ayudaría a independizarme. No puedo negar que esto me dolió su poco, esto me pone el cartel de dependiente en la cabeza, y con el subtitulo “esto es algo malo”. Le pregunté por que me decía eso, y su respuesta fue “¿te preparas tú tu almuerzo?”.

Lo pensé un poco, lo miré por un lado, lo miré por el otro, y francamente no lo entiendo, ¿qué significa ser independiente?. Según lo que entiendo de la frase de mi nuevo amigo, es no necesitar de nadie, de no requerir a nadie, de poder estar solo.

Ya saben lo que pienso al respecto, no me gusta estar solo, no quiero estar solo. Cuando estoy solo las cosas tienen poco sentido, en general no me interesan mucho, y sin las personas que quiero, casi nada. A diferencia de él, no entiendo esa independencia, no entiendo el sentido que tiene buscarla. Siempre he pensado que de encontrar esto, es casi automático que te das cuenta lo duro que es estar solo, lo mucho que duele esa independencia, ese no ser tocado por otro, tener esa burbuja de recursos que te libera de toda necesidad de otros.

Creo que mi amigo entiende la independencia como se entiende casi todo… $$, y es aquí donde me quedo fuera y vuelve ese no entender de qué diablos hablan. A mi no me interesa el “depender” de alguien, la verdad es que no me molestaría que ese alguien me mandara a la cresta y no pudiera depender más de él. Siempre me he acostumbrado a estar solo, y ya estoy acostumbrado a no tener esas cosas que quiero pero no necesito, puedo vivir sin ellas. Y si estas cosas las necesito, no me molesta trabajar, bueno… me molesta algo más que un poco, pero lo hago.

¿Cómo entiendo yo esta relación de dependencia?, para mi es sencillo, en una relación tú obtienes algo que quieres, y al menos para mi me importa mucho que esa otra persona este bien y contenta, que consiga lo que quiere. Esto lo hago por la sencilla razón de que me hace sentir bien, no porque sea bueno o malo.

Siempre me han ayudado, siempre he tenido a mucha gente preocupada por mí, y desde chico nunca decía lo que quería, porque no quería que gastaran plata en mí. Pero al final me di cuenta de algo, que yo me sentía muy bien ayudándolos, y quizás ellos sintieran lo mismo ayudándome, en otras palabras, hay que ver la película completa, sin cortes y sin censura.

Ver al otro es algo difícil, porque lo olvidas o porque no te interesa. Para mi es algo necesario, ya estoy cagado. No puedo evitar querer ayudar a los que me importan, en otras palabras, dependo de los demás, de si puedo ayudarlos y quieren mi ayuda, y de si quieren ayudarme y necesito su ayuda. Que puedo decir, soy total y absolutamente dependiente de las personas que quiero, no podría ser de otra forma.

Que difícil es vivir así, que agotador, cuando para lograr esto debes hacer algo que no te gusta. Que difícil es hacer algo que no te gusta cuando sencillamente ya no puedes, simplemente porque no te sale, no te da el cuero, no lo puedes tragar. Y que necesario es tener a esas personas para soportar vivir. Al final, lo único que puedo sacar en blanco es que es necesario necesitar a alguien para soportar toda la porquería que enfrentas día a día.

Ya es tarde, mañana es otro despreciable día, mañana me levantaré sintiendo asco y mucho cansancio de solo pensar en lo que tengo que hacer, mañana será de esas mañana en las que el espejo te muestra la cara de un hueón atrapado por sus problemas. Pero lo principal es que verás a ese hueón salir con una sonrisa cuando se despide de las personas que quiere y que se ven tranquilas.

jueves, enero 24, 2008

Luna

Un día largo, muy largo. Me siento muy cansado y creo que me agarré uno de esos refrío de antología.

Las cosas… no lo se, creo que no están tranquilas. Me siento incomodo y con pocos deseos de hacer cosas, me siento fuera de lugar, un poco lo que me pasaba antes. Creo que estoy volviendo a la rutina, y eso no me gusta.

Me siento aburrido y cansado, pienso en todo lo que me molestan mis amigos por todo lo que demoré en terminar mi carrera, aunque debo aclarar que son bromas en buena, pero realmente me sorprende que no se den cuenta que no fue tan así, que aunque estaba fuera de la U, no lo estaba pasando bien.

Cuando veo esto, veo como todos piensan y ven las cosas de una manera tan… cómoda, no lo entiendo. Me siento solo y con pocas ganas de dejar de estarlo. Cada vez veo que los días son como los imaginaba, todos iguales, todos rápidos, todos inútiles.

Si bien todos los días los siento así, hoy fue especial, me sentí más solo, con más ganas de mandar todo a la cresta, más ganas de no estar ahí. Y bueno, para quien ha leído esto antes, ya saben lo que pasó después, hoy es 24 de enero, y no puedo decir más que la extraño mucho.

Hace 7 años que la perdí, una de las pocas personas que podían romper esto que siento, y una de esas pocas personas por las que soy capaz de hacer lo que sea para que este bien, lo que sea.

Mi abuela nació un 24 de enero, uno de esos días donde me sentía feliz, donde veía a mi familia, donde la rutina se moría. Todos estos años, todos y cada uno, me pasa algo raro los 24, no me doy cuenta que es 24, si ni siquiera me acuerdo que es enero, pero ese día es distinto, y cuando llega la noche, y en la cocina veo el típico calendario, veo ese 24 marcando el día.

La extraño mucho, realmente la extraño mucho. Era de esas personas con las que el silencio no es incomodo, me bastaba estar con ella para sentirme bien.

Yo a ella la bauticé cuando niño, y después de eso nadie mas pudo llamarla de otra forma, o le decían mamá (obviamente sus hijos), o los nietos le decíamos “Mamita Luna”, igual es algo bochornoso que un amigo te escuche llamar a alguien así, pero realmente no podía hacer otra cosa, ella no tenía otro nombre, me sentía mas raro diciéndole abuela.

El momento cuando la bauticé fue una noche de luna llena, que brillaba como no se imaginan, estábamos los dos solos, con las luces apagadas, y juro por mi madre que vi su cara en la luna, y le di su nombre. Esto pasó cuando tendría 4 o 5 años, es una de las pocas cosas que recuerdo, y es de las que más cuido.

Te extraño mucho mamita, eres lo que me falta ahora, y eres la que me enseño a soportar y superar el no tenerlo. Estos días pasarán, quizás encuentre otras cosas, quizás me vaya bien, o quizás mal, pero llegado el 24 de enero estarás aquí ayudándome a recordar que te quiero, y que no puedo estar solo, siempre tengo a la Luna.

martes, enero 08, 2008

Del trabajo a la casa, de la casa al trabajo

Es un hecho, día tras día me siento cada vez más fuera de lugar. Lo del trabajo, no esta funcionando, y a pesar que probablemente termine aprendiendo lo que hacen en la oficina y de que se trata el juego, no se si quiero llegar a eso.

Me he hecho muy buen amigo de este chico que está trabajando en la oficina, que aún no termina la universidad. Y bueno, no me sobran los amigos, así que en las últimas conversaciones le he contado esto que siento, que no estoy cómodo, que me siento fuera de lugar, que me gustaría salir de ahí, pero… siempre hay un pero, necesito la plata (la necesidad tiene cara de hereje), no puedo dejar a mi amigo con sus ideas de mejorar la empresa, de crecer y tener más $$, de sus deseos que trabajemos juntos, ya que somos muy buenos amigos.

Estoy en una situación compleja, por el momento no puedo dejar el trabajo, y cuando lo pueda hacer, no se si dejaré a mi amigo botado con sus ideas. Algo que me gustaría hacer es conseguir unos buenos proyectos, dejar algo bueno para seguir creciendo, y si lo hago… lo más probable es que deje la empresa. Se que suena tonto, pero me he dado cuenta que esa máxima de jamás trabajar ni con amigos ni con familia es muy cierta.

Esto me ha mostrado un punto importante, realmente no me interesa mucho el tener $$ y ser “exitoso”, suena algo más que tonto, romántico e ingenuo, pero es lo que me pasa. Me basta con tener el suficiente dinero para no pasar aprietos, pero conseguido eso… no se si quiera más.

Aunque hay algo que no puedo negar, esto de no pasar aprietos es difícil, cuando tienes a tanta gente que quieres ayudar, y las cosas no están muy bien. Acá en casa, las cosas siguen igual, no se que pasaría si pierdo el trabajo, y en el trabajo está igual, no se como aguanto estar allá.

El momento más grato es el almuerzo, y es realmente grato, conversamos de todo, me llevo muy bien con cada una de las personas de la oficina, no he tenido problemas, salvo con uno.

Bueno, debo explicar el porque de esta relación tan tensa. Yo llegué, soy el mejor amigo del dueño de la empresa, y como mejor amigo el tiene pensado ponerme alto en la oficina. Hay una persona que está trabajando ahí desde hace tiempo, ha aprendido mucho y es la mano derecha de mi amigo, está pensando en hacer algunos cursos para tener algo que colgar de la pared, es resumidas cuentas, alguien a quien le ha costado mucho lo que tiene.

Segundo acto, yo no tengo intenciones de tener ningún puesto de importancia en la empresa, mientras gane el dinero suficiente y pueda ayudar a mi amigo en lo que necesite, yo estoy bien. Esta persona se enoja por la importancia que me está dando mi amigo, que a pesar de no saber casi nada de lo que hacen en la empresa, que es administrar redes de computadores y cosas así, me ha puesto a cargo de algunas cuentas, las que no he llevado bien y que poco a poco he ido mejorando. Ya he notado algunas risitas a mis espaldas y caras de molestias cuando, o me junto con mi amigo a hablar, o cuando se me va el tiempo atendiendo a uno de los clientes que si tiene problemas en las cosas que me muevo, que es arreglar una aplicación miserablemente mal hecha, y que me ha quebrado la cabeza por más de tres meses.

Tercer acto, ya se está terminando este suplicio de arreglar el programa, y aunque lo más probable es que deba seguir con esta asquerosidad, me voy a tener que meter de lleno en buscar más clientes y aprender más de lo que se hace en la empresa, que creo no me costará tanto, es cosa de meter las manos. El problema es que esta persona también deberá hacer lo mismo, lo que lleva al inevitable escenario de la competencia.

Como se llama la película, crónica de un dolor de cabeza anunciado. Estoy viendo que la cosa no va a ser agradable.

Lo más probable es que no me entiendan muy bien, pero soy alguien que no necesita mucho y quien está muy grato en un ambiente donde se puede ayudar sin problemas, y donde te ayuden si lo necesitas. No creo mucho en las jerarquías, aunque se muy bien que en organizaciones grande, no hay otra salida, pero aquí no llegamos a 15.

Mi amigo está en el norte ahora, viendo un trabajo para uno de los clientes, a mi me van a tocar pronto viajes de ese estilo, visitando a clientes y arreglando tratos, quizás me toque ir a Perú, y quizás a que otra parte me tenga destinada la suerte como destino.

Pero… no me gusta, mejor dicho, no me quita el sueño, no es algo que me emocione, no es algo que me importe mucho, no es algo que necesito.

Dios… que bien me he sentido cuando he estado allí solamente trabajando, en grupo y con amigos, en un lugar donde la tranquilidad y un ambiente grato se respira, donde no hay líos ni comienzos de úlceras.

Soy alguien que está fuera de lo que se supone que debo ser. Ya me dijo un conocido, de la U, a quien ayudé en un proyecto que tiene y quien conoce mi nick (steppenwolf), “se te nota que me gusta el libro, te pareces a él”.

Hay cosas que se pueden cambiar, y otras que hay que aguantar, no queda otra. Espero que esto no dure mucho, poder cumplir con las cosas que quiero, y si tengo suerte, ya no sentirme tan lejos de todo esto. Quizás cambie y me acostumbre, no se que tan malo pueda ser, aunque es difícil, yo ya cambie y no me interesa mucho lo que eso me puede ofrecer.