sábado, noviembre 11, 2006

Soplar las velas

Hoy es un día especial, hoy comienza un nuevo año en esta carrera, y hasta ahora las cosas están bien, son emocionantes y nuevas.

Si me hubieran dicho que el próximo cumpleaños estaría ya asumido, con mi mamá conociendo mis secretos y una relación, no me lo creo. La vida es increíble, es una niña odiosa que le gusta mucho jugar a las muñecas.

Hoy cumplo 32 años, y no me di cuenta como pasaron, solo quedan los recuerdos, son cosas que a veces una palabra o una imagen traen a mi cabeza, pero es más que eso. No me doy cuenta, pero lo que he sido está en lo que soy ahora. Estaba hablando con mi amigo, y conversábamos de mis días de colegio, y que hubiera pasado si nos hubiésemos encontrado allí, que hubiera pasado. Lo más probable que nada, que sus insinuaciones me hubieran espantado, que con el miedo de ser lo que ya sabía que era lo más probable lo hubiera rechazado y no se después que habría pasado, quizás la relación que tuve con mi amiga hubiera durado más, para no seguir por ese camino que me asustó tanto.

En fin, cuando pienso en todo lo que ha pasado y en como he llegado aquí, no puedo más que dar gracias a Dios por todo, por haber pasado por situaciones tan difíciles sin arrastrar ninguno de los problemas que pudieron hacer mi vida más difícil. Es cierto que igual tengo cicatrices de esos desafortunados momentos, pero me ayudan a no olvidar, a recordar lo que aprendí, lo que me ha permitido seguir adelante.

En el último post me escuche algo cansado y con miedo, pero me he dado cuenta que no es necesario que pierda lo que he ganado, que ya está aquí y es para quedarse. Jamás he olvidado mi pasado y no es momento para comenzar a hacerlo.

Me gustaría tanto tener aquí a las personas que quiero tanto y no están aquí, pero se que como lo que me ha pasado antes está en mí, ellas también lo están, son parte de mi y siempre será así.

Este año debo hacerme un regalo, así como el año pasado me hice una promesa. Debo dejar de sentir ese miedo, ya no sirve. Se que va a costar mucho trabajo, pero también lo fue cumplir la promesa del año pasado. Se que puedo, y si no es así, al menos no quedaré con esa pregunta que después tortura tanto.

Así que amigos… llegó el momento de cambiar otra vez, o como ya lo dijeron en el post anterior, crecer otra vez. Que las canas que me están saliendo me recuerdan que ya he ganado mucho en esta vida y he superado mucho para lograrlo.

Mañana soplaré las velas y ya se que deseo pedir, además de pedir que no entierren mi cara en la crema de la torta.