sábado, septiembre 24, 2005

El terremoto

He pensado mucho sobre lo que viene ahora, después del 97, y me cuesta mucho ordenar todas las cosas que pasaron, que fueron muchas, en verdad cambio todo, después de ese verano ya nada fue igual.
Recuerdo que estaba al principio muy asustado con mi primera práctica, era una empresa chica, donde todos se conocían, el ambiente era muy grato, pero me costaba sentirme cómodo dentro de esa oficina, mi naturaleza de estar solo me impedía relacionarme con los demás.
Esto duró la primera semana, después de eso ya me sentía aceptado, en verdad el ambiente era muy grato, recuerdo como me quedaba después del trabajo conversando con mi jefe, sobre como fueron sus inicios, como es que a el le gustaba trabajar, lo que el pensaba del ambiente de trabajo entre “computines”. Me gustaba mucho y en el trabajo me estaba yendo bien, sin problemas, al parecer iba a ser una muy buena experiencia.
Aquí es donde todo cambia, no vi venir el golpe, es muy raro cuando lo recuerdo, durante la tercera semana comencé con algunas molestias, sentía un dolor de cabeza durante todo el día, consumía paracetamol como dulces, y cada vez me costaba más el trabajar. El malestar no me dejaba concentrarme bien, me estaba molestando en el trabajo nuevo que me habían dado, estaba muy incomodo. Aguante así durante casi dos semanas, ahora que lo pienso, a que idiota no le llama la atención un dolor de cabeza de dos días!!!, y yo aguante dos semanas. Fui al médico, uno de medicina general, grave error. El doctor me dio unas pastillas para el dolor, y no me acuerdo bien lo que dijo, algo del oído o algo así. Fue dos días después de eso donde finalmente salio a la luz lo que tenía, ese día acompañe a mi papá al supermercado, algo que hago a veces para compartir un poco. Durante las compras sentí un dolor de cabeza muy fuerte, con sensaciones muy raras, mi papá me ayudo porque el dolor me mareo un poco, cuando llegamos a casa el malestar continuaba, así que me fui a dormir, no me acuerdo el momento cuando me acosté, lo único que recuerdo es el rostro de mi mamá en el hospital, desperté como dos horas después en la sala de emergencias, había tenido convulsiones y pérdida de conciencia, todo parecía un sueño.
Yo caí en cama, no podía ni levantarme, mis papas se pasearon con mis exámenes por muchos médicos ya que en esos momentos no se sabía que pasaba, incluso uno de estos médicos literalmente me desahucio, les dijo que no había vuelta. Ese día los vi llegar con los ojos llorosos, me dejaron cagado de miedo.
Finalmente un médico solicito un montón de exámenes, y realizó una junta médica para tener más opiniones, y finalmente la opinión de todos los médicos fue que al parecer las dos semanas de dolor se debían a una infección que tenía en la cabeza, una encefalitis, palabra que jamás había escuchado pero que se me hizo familiar rápidamente. Al parecer durante esas dos semanas, a pesar de tener una infección en el cerebro, el pelota no se había quejado y la enfermedad había evolucionado sola.
Después de esto ya las cosas se tranquilizaron en casa, pero yo comencé a ver que las cosas ya no eran iguales, la primera diferencia que pude notar es que ahora lloraba hasta con los comerciales, todo en mi cabeza estar enredado, me costaba mucho pensar, lo que antes me interesaba ahora ya no tenía ni la más mínima importancia, fue un cambio total.
Después de recobrar algo de fuerzas, y a pesar de que no me lo aconsejaron, decidí volver a la universidad, era el mes de abril y había perdido mucho tiempo, pero me tenía fe. Eso fue otro grave error.
Ese semestre fue terrible, en los controles no podía hacer nada, cuando trataba de pensar era como escuchar la estática en la radio. En verdad es que no podía concentrarme, no podía hilar una idea, fue muy frustrante, y a pesar de todo el empeño que puse, finalmente terminé eliminando el semestre. Además tuve que visitar a un psiquiatra debido a lo que llamaba el “síndrome post encefalítico”, en otras palabras, una bonita depresión, fue uno de los momentos más difíciles, tenía ideas muy locas, estaba desesperado.
En el semestre siguiente inscribí los ramos que pude, porque en la Chile, en esos tiempos (ahora no se si es así), la malla de computación era bastante complicada, si perdías un semestre te atrasabas un año, ya que había ramos que solo se dictaban en un semestre, otoño o primavera, y que eran requisitos para los que venían después. Aún andaba con mis amigos, pero algo andaba mal, ya no era lo mismo estar en la universidad, ya no me interesaba como antes. Luche contra esto, porque no veía otra cosa que hacer en mi vida, ya estaban jugadas las cartas. En ese semestre logré salir de la depresión y las cosas comenzaron a estar mejor.
Lo que pasó después, aunque lo recuerdo, no puedo recordar cuando pasó cada uno, por lo que me cuesta un poco hilar la historia de esos años.
Recuerdo que durante esos años me sentía cada vez más “extraño” en la universidad, y con extraño quiero decir fuera de lugar. De mis amigos me fui separando cada vez más, y ya no salía a ningún lugar, hasta donde se es algo normal con algo como lo que me pasó. Trataba de no mostrar a mi familia lo que me pasaba, no quería “asustarlos”, en esos momentos lo único que me mantenía en pie era el deseo de no fallarles, de poder ayudarlos, porque a mí cada vez me importaba menos lo que pasara conmigo. Mis notas cada vez eran peores, y ahora me costaba mucho estudiar, me costaba mucho recordar cosas y concentrarme, algo normal con lo que me había pasado, pero muy inconveniente en mi situación.
Con un amigo con el cual aún me juntaba, comenzamos a trabajar en pitutos en empresa, fue entretenido, pero al final la cosa no término muy bien, terminamos enojados con otro amigo que se junto a nuestra “empresa”, y al final todo término en una bonita experiencia.
Durante este tiempo comencé a tener problemas otra vez, y por primera vez comenzaron a “nacer” de mi cabeza ideas poco saludables, ideas de muerte y de ya no querer más nada. Esto solo se lo conté a mi amigo en esos momentos, nunca se lo contaría a mi familia, ya que armarían una gran tragedia. Debido al miedo de esto comencé a acercarme más a mi familia, no quería estar solo, no me quería dar la oportunidad de cometer una estupidez.
Después de soportar algún tiempo, finalmente fui a visitar a mi psiquiatra nuevamente, ahí el me dijo que esto era preocupante, ya que después de algo como lo que me había pasado era probable desarrollar cierta “tendencia” a sufrir depresiones, otra buena noticia.
Ese tiempo fue de miedo y de sentirme solo, también tuve otro ataque, desperté una mañana totalmente agarrotado, nunca supe que me pasó, en ese tiempo había abandonado mis medicamentos por orden del médico, por lo que tuve que volver a las benditas pastillas, las odio, y por lo que me han dicho por ahora, lo más probable es que me acompañen por mucho, mucho tiempo.
Con todo esto pasándome, con mis problemas en la universidad, con el miedo que tenía de hacer una tontera, la depresión, además no podía faltar algo que me había marcado durante los años anteriores a esta pesadilla. Que iba a hacer de mi vida, realmente iba a formar una familia???, eso era lo que quería???, iba a ser capaz???.
Estas preguntas me torturaban todas las noches, unos días realmente deseaba una familia, y otros simplemente me daba cuenta que lo quisiera o no yo era gay, y tener una familia quizás no era algo posible o quizás lo que me molestaba era que así realmente no iba a tener la vida “perfecta” que deseaba, que era una tontera, algo que no iba a conseguir nunca.
Hubo semestres donde apenas pude aprobar un ramo, y lo peor es que no me importaba, y eso me preocupaba mucho, cada vez me daba cuenta de realmente no me importaba nada de eso, y entonces para que lo hacía???, bueno… la respuesta era… porque no había nada más que hacer, la idea de abandonar la escuela surgió en muchas de esas noches eternas, pero mis padres no querían, ellos querían que terminara mi carrera, como fuera, y como yo estaba con mi cabeza muy lejos de ahí... Realmente era un tiempo muy oscuro. No podía avanzar en mi carrera, hubo otros semestres donde tuve que congelar debido a problemas de depresión, o muchos problemas para aprobar mis ramos. Todo esto provocó que me atrasara más y más. Finalmente todo se hizo un desastre.
Durante todos estos años aproveché de acompañar a mi abuela, aunque ya no vivíamos con ella, mi relación no decayó, la quería mucho, realmente era más mi madre que mi abuela, y yo más su hijo que su nieto, además siempre la veía, vivía muy cerca de la facultad, todo era muy cómodo. Durante todo ese tiempo creo que fui la persona más cercana a ella, bueno… la verdad es que fui yo quien cambió mucho, después de todo lo que me había pasado, yo había cambiado y ahora me importaban mucho más las personas que quería, algo que le agradezco al año 97 es que evitó que olvidara a los que más quiero, un susto ayuda mucho a cambiar el valor de las cosas, francamente ya no me importa mucho lo que puedo o no puedo tener, solo con quien puedo vivir el tiempo que me queda, y con ella traté de aprovecharlo al máximo.
Otra gran sorpresa que tuve fue la visita, después de 15 años, de mi primo desde Francia, fue dos años después de mi “accidente” y no se que hubiera pasado si la visita hubiese sido antes. Recuerdo que el año anterior a mi enfermedad mi tía viajó desde Francia a pasar las vacaciones con su pareja, un belga bastante bruto, sin intención de ofender a los belgas, solo a ese belga. Francamente no me importó mucho, incluso durante ese verano y en los años anteriores había hablado con mi primo, y fue como hablar con un desconocido. Pero ese año, con todo lo que había pasado, su visita era muy importante para mí. A él yo lo consideraba mi hermano, es más, le decía hermano, y en esos momento su visita era traer al presente todos esos recuerdos, o mejor dicho, la sensación de no estar solo. Fue un verano muy importante, le dije mucho de lo que sentía, aunque no se bien si él lo sentía igual, pero con tanto años de vivir queriendo a alguien “imposible”, me acostumbre a estar contento con querer a alguien. Toda mi familia se convulsionó, las fiestas de fin de año fueron a todo trapo, regalos y celebraciones bajo cualquier excusa, fue muy lindo. Aunque después de que se fue, las cosas volvieron y hubieron algunas peleas, para variar.
Al año siguiente tuvimos otra visita, esta vez junto a mi tía, si bien no fue con tanta espectacularidad, las fiestas fueron muy buenas.
Y bueno, yo en esos momentos y a pesar de todas mis crisis existenciales, trataba de encontrar un camino, las cosas parecían ir mejorando, aunque yo aun me sentía como pez fuera del agua, las cosas me estaban resultando un poco más fáciles. Si bien tenía problemas con mis estudios, en computación afortunadamente casi todos los ramos realizan sus pruebas con apuntes, y con eso evitaba mi problema de poder recordar cosas, claro que sufría mucho con los otros cursos, maldito plan común. Fue ahí donde comenzó algo que quizás fue el otro gran golpe de estos años. A mi abuela le encontraron cáncer, un maldito lunar que no fue cuidado, hacía años que lo tenía, y no hace poco había comenzado a molestarle, pero ella, en su afán de no molestar no dijo nada. Ahora estaba negro, hicieron los estudios y encontraron un melanoma maligno con micro metástasis, odio esa palabra. El médico que la vio extirpo el lunar y le dio unos medicamentos, por lo que dijo, nos tranquilizó bastante, se suponía que había pasado lo peor. Unos meses después la historia era otra, fuimos a ver al médico y a mi abuela se le había expandido el cáncer por el sistema linfático, es decir, no había mucha esperanza. Me contaron que el desgraciado del médico se disculpaba, diciendo que el no era experto en ese tipo de cáncer, que podía equivocarse. Es increíble las personas que uno encuentra, si no sabía que hacía, por que diablos la trató!!! No hubo mucho que hacer, ella cayó en una depresión muy fuerte que sumada a los efectos del cáncer y los medicamentos contra él, la debilitaron más y más. Uno de los recuerdos más fuertes fue una tarde en el comedor de su casa, yo estaba con ella, tenía la cabeza en su falda y ella me acariciaba el pelo, repentinamente ella me pregunto sobre las posibilidades que tenía con el tratamiento que estaba siguiendo, me pregunto a mí si debía preocuparse, si debía tener fe en el tratamiento. Yo me quede helado, no lo pensé mucho pero dije lo único que podía decir, “no se preocupe, el tratamiento es seguro, el doctor sabe lo que hace, así que no se asuste”, yo sabía que estaba mintiendo, había escuchado a mi madre conversar del tema y las cosas no funcionaban, me sentí extremadamente mal, pero no podía hacer nada más. El otro momento que recuerdo muy bien es su último 18 de septiembre. Como nunca, mi familia no se reunió, las relaciones estaban medias afectadas por lo del cáncer, ninguno de mis tíos se apareció, salvo mi tía que vivía con ella no había nadie más, ese día acá en la casa, había preparado un rico asado, y empanadas, pero nadie estaba invitado, estábamos solos. Ese día almorcé, preparé mi mochila y salí a ver a mi abuela, mi papá se enfureció, creo que considero una traición que no pasara el 18 con ellos, pero no podía perder esto, sabía que podía ser el último 18, y no podía perder la ocasión. Mi mamá no se atrevió a salir conmigo, cosa que quizás lamenta ahora. Ese día me costó bastante llegar, era ya medio tarde y no habían muchas micros, llegue cuando ya estaba oscuro y la encontré sentada en el living, estaba todo oscuro, y me puse a hablar con ella, me preguntó por mi familia, le dije que estaban por llegar, no podía hacer otra cosa, de todas formas llegaron al día siguiente, me senté muy cerca de ella y nos pusimos a conversar, yo estaba hecho trizas, pero como buen mentiroso, me reía con ella, contaba chistes, todo lo que podía hacer para que se riera. Junto con la partida de mi primo, es lo más triste que recuerdo. Poco después entro al hospital, de donde no salio más.
Fueron unos meses horribles, mi tía y mi hermano (mi primo) viajaron desde Francia rápidamente, y alcanzaron a estar con ella, yo pase cerca de un mes en el hospital, no me importaba nada más, falte a toda clase que tenía, me fue como la mierda, pero no podía hacer otra cosa, si no estaba con ella estaba con mi primo. Finalmente, y después que la metástasis había avanzado hasta su cerebro y ya no podía hablar, murió el 27 de octubre.
Ese día, ese funeral, todo fue horrible, un amigo me visitó en el funeral, después me dijo que nunca había visto tanto dolor como el que vio en mi cara y en mi familia. Ese año ya estaba terminando mi carrera, haciendo el último ramo, que es “proyecto de software”, no pude terminar, antes de esto ya había tenido problemas con mi capacidad para trabajar, pero con esto yo estaba hecho bolsa, y aunque no elimine el semestre, el año siguiente no pude, no inscribí ramos, no podía, yo ya estaba un poco “tocado” con todo lo que pasaba por mi cabeza, pero con esto, simplemente me quede helado.
Después del funeral, pasamos el año nuevo juntos, toda la familia, estaba mi primo y mi tía, estaban todos, para mi fue triste, y cerca de las 12, después de los abrazos, simplemente me fui a la cresta, mi abuela siempre me daba el primer abrazó a mi, y esa noche fue mucho, no lo aguante.
Cuando volví a la escuela comencé a terminar con los cursos que podía, preferí no seguir con el curso de “proyecto” y terminar con lo que faltaba. Fue todo raro.
Al año siguiente mi mamá tuvo que realizar un viaje al extranjero, ella tiene un problema un poco serio, que acá no tiene mucha esperanza de tratamiento, salvo llenarla de pastillas, así que me pidió que la acompañara, yo quería terminar la universidad, pero… viajar era algo atrayente, además yo estaba realizando un trabajo con mi amigo, para variar, y paso algo que no esperaba, me volví a agarrar de un tipo, uno de los del equipo de desarrollo, no lo pude evitar, pero en esos momentos no quería más problemas, me había hecho amigo de él, habíamos conversado bastante, tenía polola y todo y no quería otra mala experiencia.
Fiablemente viajé, la idea era estar allá cerca de tres meses, al final estuve allá ocho meses!!! Esto me ayudó a conocer más a mi primo, y que el me conociera mejor, después de todo habían sido 15 años, no es poco.
Durante todo ese tiempo lo único que quería era contarle lo que yo sentía, que era gay, porque después de la muerte de mi abuela y el dolor de sentir que realmente nunca me había conocido, solo quería salir del armario. Con mi mamá era medio difícil, ella pasaba por muchos problemas, con una depresión y con peleas entre los hermanos, que aunque yo había tratado un poco de solucionar, los viejos pueden ser muy cabeza dura, y con mi papa menos, recién ahora que mi hermana se marchó con un escándalo tremendo ha comenzado a notar que estoy aquí, su cambio desde mi infancia, donde solo me recordaba lo tonto y torpe que era, a ahora donde se pone a discutir de fútbol y aceptar mis palabras y me respeta, ha sido muy grande. Con los demás, aun no se si me importa mucho si lo saben, pero a mi primo y a mi hermana era una cuestión urgente.
Durante esos 8 meses me costó mucho tratar de acercarme, él es muy fiestero y quería que yo también lo fuera, quería que saliéramos a buscar chicas, que lio!!! El es uno de esos típicos tipos rudos, muy deportista, juega rugby, es muy grande y fiestero, todo lo contrario a mí, bueno… siempre fuimos totalmente diferentes, incluso me atrevo a decir opuestos.
Pronto el comenzó a contarme sus historias, con sus amigos, en el colegio, en los viajes, de todo un poco, incluso con un poco de copas, de su rompimiento muy doloroso con su polola de siempre, hermana de uno de sus mejores amigos. Yo imaginaba que todo iba muy bien, él siempre quería que yo le contará de mis cosas, pero por más que pensaba no encontraba nada fuera de mi homosexualidad, por lo que prefería guardar silencio en vez de mentir, ya no quiero mentir. Todo iba bien hasta que me contó que cuando más joven, con sus amigos salieron a… golpear gays!!! No se que cara puse, pero el cambio la conversación inmediatamente y me dijo que solo lo había hecho esa vez.
Con esa me quede hecho polvo, me sentí solo otra vez, traté de ver que pensaba, de hacer que viera realmente que se siente, pero la discusión término durante una once, cuando dijo que el no tenía nada contra los gays, pero que se mantuvieran lejos de él. Eso creo que fue lo último, después de eso ya no había mucho que hacer no???
El último día me acerqué a él, le dije lo mucho que lo quería y que lo iba a extrañar mucho, quería contárselo todo, pero no sabía que podía ocurrir.
Volví a Chile, tranquilo, ya medio decidido, bueno… más que decidido. Yo soy gay, no puedo hacer nada con eso, soy así
Terminé mis cursos y actualmente estoy haciendo mi memoria, con algunos problemas, porque como lo suponen no todo podía ser fácil para mí. A estas alturas no se si tengo algún tipo de maldición o algo así.
A finales de marzo de este año, adivinen… otro problema en el cerebro, sufrí una lesión en un lugar que no es posible estudiar mas que con “resonancias magnéticas”, “exámenes de sangre” y malditas “punciones lumbares” (te entierran una aguja en medio de tu columna y extraen líquido, es muy molesto). He visitado muchos médicos, algunos vieron en mis exámenes la posibilidad de una esclerosis múltiple, como buen internet-maniaco, investigue mucho y no me gustó lo que encontré. La posibilidad de una enfermedad que afecta al sistema nervioso y que te puede dejar realmente inválido no es muy atrayente.
Otras cosas entretenidas, mi papá sufrió una pancreatitis, que si empeora se muere, mi tío sufrió una lesión en su rodilla, y a otro tío le encontraron una falla en una válvula en el corazón, por lo que lo operaron y le pusieron una válvula plástica, entretenido año.
Finalmente mi enfermedad no quedó en nada, mis exámenes no muestran avances y no existe hasta el momento una explicación para lo que me pasó. Los recuerdos que me quedaron de esto es que ahora cuando miro con mis ojos hacia arriba y lo veo todo doble, además de problemas en mi lado izquierdo, ahora mi mano izquierda está mucho más torpe (si escribir esto ha sido una molestia), lo mismo que mi pie, además que mi sentido del tacto se vio afectado en todo el lado izquierdo, incluida mi boca, lengua, pies, todo.
Después de escribir todo esto, durante todas estas noches he tenido muchos recuerdos que antes no podía recordar, que debido a las secuelas de la encefalitis es cada vez más difícil. Hay muchas cosas que se me escapan, pero no recuerdo cuando pasaron, a veces ni siquiera se si pasaron, todo ha sido un gran enredo.
Ahora mis desvelos, en la mayoría de las veces, se deben a mis dudas sobre que hacer ahora, y si vale la pena. Con todo lo que me ha pasado, francamente he perdido mucho del miedo que le tenía a la muerte, o al olvido, ya no me importan. Todas estas dudas me hacen pensar en el motivo por el cual estoy aquí, para muchos de mi familia soy importante, les ayudo en sus momentos de soledad y dolor, y siempre los trato de ayudar, para que no se comporten como niños. Por el momento estoy casi logrando que todos mis tíos al menos puedan conversar, que después de la muerte de mi abuela ni siquiera se saludaban, ahora mi primo esta con una carrera y ya tiene nueva polola, y mi hermana esta buscando lo que realmente quiere, que como yo, debe tener más de alguna tranca. Y yo, que hago???... simplemente trabajó en mi memoria, que con todos los problemas que pasé estoy medio atrasado, y no he querido trabajar en otras cosas, porque francamente lo que más deseo, incluso más que mi bendita memoria, es saber para que diablos he pasado por todo esto.
Cuando pienso en las alternativas que veo ahora, casarme y vivir mintiendo siempre, o vivir buscando algo que se parezca a una familia con un hombre, pero con el temor de que busque lo que realmente no existe, porque después de todo una familia con dos hombres, por lo menos aquí en Chile, aún no la imagino. Lo que pienso es que lo que busco, o lo que debo encontrar, es que por fin me de cuenta de la realidad, y por más que sueñe y desee cosas, tienes lo que tienes, y estás donde estás (que inteligente), por lo que por más que busque una solución mágica, lo único que importa realmente es la búsqueda, lo que me pase, lo que me cambie, y las personas que estén junto a mi cuando eso ocurra.
Estoy decidido que a pesar de todos los comentarios homofóbicos que escucho en todas las reuniones de la familia, ya no aguanto más, y aunque soñaba en estar fuera de casa cuando lo hiciera, la fortuna se ha encargado de hacer eso difícil, por lo que no me queda otra.
Ufff, esto si que fue largo, y me queda mucho más, espero poder contarles como me va ahora, y ojalá que me ayuden en la probables locuras que se me ocurren, que con esto de la encefalitis, no recuerdo muy bien lo que ya he pensado, quizás estos días este lejos, que mi memoria debe avanzar, pero espero que me puedan ayudar.

2 comentarios:

Ya no me enganas, descubri tu blog dijo...

Hasta aquí llegamos con el calco. Por mi parte, mis viejos no tuvieron mayores discusiones cuando yo era niño, pero sí se separaron súbitamente (para mí) cuando yo estaba en la U. Eso, junto con la auto persecución por ser homo (aunque principalmente esto), fue demasiada presión y dejé los estudios.

Fuerte lo de tu encefalitis... Sin anticiparme a la lectura, claramente te sobrepusiste, pues estás escribiendo este blog. Me alegra que lo hayas logrado.

Sobre la enfermedad de tu abuela, por mi parte un abuelo tuvo un problema de salud degenerativo, pero en mi afán de apartarme del mundo, lo dejé de ver y no lo volví a ver nunca, a pesar de cuanto empeoró su salud, hasta que falleció, e incluso entonces tampoco fui al funeral. Era una mezcla de no querer exponerme, junto con baja autoestima: ¿qué importaba que yo no fuera, si todos mis demás primos sí iban? En fin, sí, admito que me arrepiento de no haberme sobrepuesto y haber tenido un poco más de piedad con él de la que me tuve a mí mismo. Fue realmente inmoral de mi parte.

Sobre lo de tu primo, yo no le he dicho nada a nadie (fuera de la blogsfera), precisamente por temor a la que podría ser su reacción. A veces uno cree que puede anticipar la reacción de los demás, pero a fin de cuentas uno no conoce tanto a la gente como se imagina...

En resumen, y como ya me ha ocurrido otras veces (espero aprender la lección de una vez por todas), te diría que te ha tocado más duro que a mí, y que a pesar de ello has llegado más lejos que yo. Mis respetos.

Saludos

Juano dijo...

Ya sé a que te refieres... pues bien que quieres qu et ediga... con ese curriculum es dificil no dar pena, pero sabes... creo que tienes la idea... pa adelante no más, un rol en la vida y una condición que asumir y vivir, porque sabes? hay algo en eso de ser gay que se te está olvidando, y no se trata del proyecto de familia con dos hombres que tendrás, eso suena a premio de consuelo... es que al asumirse se abre la posibilidad de que ames y por sobretodo te amen... y eso da lo mismo si es en un proyecto de familia o no... y la sola posibilidad ya lo justifica.

:)

Slds