sábado, septiembre 24, 2005

El terremoto

He pensado mucho sobre lo que viene ahora, después del 97, y me cuesta mucho ordenar todas las cosas que pasaron, que fueron muchas, en verdad cambio todo, después de ese verano ya nada fue igual.
Recuerdo que estaba al principio muy asustado con mi primera práctica, era una empresa chica, donde todos se conocían, el ambiente era muy grato, pero me costaba sentirme cómodo dentro de esa oficina, mi naturaleza de estar solo me impedía relacionarme con los demás.
Esto duró la primera semana, después de eso ya me sentía aceptado, en verdad el ambiente era muy grato, recuerdo como me quedaba después del trabajo conversando con mi jefe, sobre como fueron sus inicios, como es que a el le gustaba trabajar, lo que el pensaba del ambiente de trabajo entre “computines”. Me gustaba mucho y en el trabajo me estaba yendo bien, sin problemas, al parecer iba a ser una muy buena experiencia.
Aquí es donde todo cambia, no vi venir el golpe, es muy raro cuando lo recuerdo, durante la tercera semana comencé con algunas molestias, sentía un dolor de cabeza durante todo el día, consumía paracetamol como dulces, y cada vez me costaba más el trabajar. El malestar no me dejaba concentrarme bien, me estaba molestando en el trabajo nuevo que me habían dado, estaba muy incomodo. Aguante así durante casi dos semanas, ahora que lo pienso, a que idiota no le llama la atención un dolor de cabeza de dos días!!!, y yo aguante dos semanas. Fui al médico, uno de medicina general, grave error. El doctor me dio unas pastillas para el dolor, y no me acuerdo bien lo que dijo, algo del oído o algo así. Fue dos días después de eso donde finalmente salio a la luz lo que tenía, ese día acompañe a mi papá al supermercado, algo que hago a veces para compartir un poco. Durante las compras sentí un dolor de cabeza muy fuerte, con sensaciones muy raras, mi papá me ayudo porque el dolor me mareo un poco, cuando llegamos a casa el malestar continuaba, así que me fui a dormir, no me acuerdo el momento cuando me acosté, lo único que recuerdo es el rostro de mi mamá en el hospital, desperté como dos horas después en la sala de emergencias, había tenido convulsiones y pérdida de conciencia, todo parecía un sueño.
Yo caí en cama, no podía ni levantarme, mis papas se pasearon con mis exámenes por muchos médicos ya que en esos momentos no se sabía que pasaba, incluso uno de estos médicos literalmente me desahucio, les dijo que no había vuelta. Ese día los vi llegar con los ojos llorosos, me dejaron cagado de miedo.
Finalmente un médico solicito un montón de exámenes, y realizó una junta médica para tener más opiniones, y finalmente la opinión de todos los médicos fue que al parecer las dos semanas de dolor se debían a una infección que tenía en la cabeza, una encefalitis, palabra que jamás había escuchado pero que se me hizo familiar rápidamente. Al parecer durante esas dos semanas, a pesar de tener una infección en el cerebro, el pelota no se había quejado y la enfermedad había evolucionado sola.
Después de esto ya las cosas se tranquilizaron en casa, pero yo comencé a ver que las cosas ya no eran iguales, la primera diferencia que pude notar es que ahora lloraba hasta con los comerciales, todo en mi cabeza estar enredado, me costaba mucho pensar, lo que antes me interesaba ahora ya no tenía ni la más mínima importancia, fue un cambio total.
Después de recobrar algo de fuerzas, y a pesar de que no me lo aconsejaron, decidí volver a la universidad, era el mes de abril y había perdido mucho tiempo, pero me tenía fe. Eso fue otro grave error.
Ese semestre fue terrible, en los controles no podía hacer nada, cuando trataba de pensar era como escuchar la estática en la radio. En verdad es que no podía concentrarme, no podía hilar una idea, fue muy frustrante, y a pesar de todo el empeño que puse, finalmente terminé eliminando el semestre. Además tuve que visitar a un psiquiatra debido a lo que llamaba el “síndrome post encefalítico”, en otras palabras, una bonita depresión, fue uno de los momentos más difíciles, tenía ideas muy locas, estaba desesperado.
En el semestre siguiente inscribí los ramos que pude, porque en la Chile, en esos tiempos (ahora no se si es así), la malla de computación era bastante complicada, si perdías un semestre te atrasabas un año, ya que había ramos que solo se dictaban en un semestre, otoño o primavera, y que eran requisitos para los que venían después. Aún andaba con mis amigos, pero algo andaba mal, ya no era lo mismo estar en la universidad, ya no me interesaba como antes. Luche contra esto, porque no veía otra cosa que hacer en mi vida, ya estaban jugadas las cartas. En ese semestre logré salir de la depresión y las cosas comenzaron a estar mejor.
Lo que pasó después, aunque lo recuerdo, no puedo recordar cuando pasó cada uno, por lo que me cuesta un poco hilar la historia de esos años.
Recuerdo que durante esos años me sentía cada vez más “extraño” en la universidad, y con extraño quiero decir fuera de lugar. De mis amigos me fui separando cada vez más, y ya no salía a ningún lugar, hasta donde se es algo normal con algo como lo que me pasó. Trataba de no mostrar a mi familia lo que me pasaba, no quería “asustarlos”, en esos momentos lo único que me mantenía en pie era el deseo de no fallarles, de poder ayudarlos, porque a mí cada vez me importaba menos lo que pasara conmigo. Mis notas cada vez eran peores, y ahora me costaba mucho estudiar, me costaba mucho recordar cosas y concentrarme, algo normal con lo que me había pasado, pero muy inconveniente en mi situación.
Con un amigo con el cual aún me juntaba, comenzamos a trabajar en pitutos en empresa, fue entretenido, pero al final la cosa no término muy bien, terminamos enojados con otro amigo que se junto a nuestra “empresa”, y al final todo término en una bonita experiencia.
Durante este tiempo comencé a tener problemas otra vez, y por primera vez comenzaron a “nacer” de mi cabeza ideas poco saludables, ideas de muerte y de ya no querer más nada. Esto solo se lo conté a mi amigo en esos momentos, nunca se lo contaría a mi familia, ya que armarían una gran tragedia. Debido al miedo de esto comencé a acercarme más a mi familia, no quería estar solo, no me quería dar la oportunidad de cometer una estupidez.
Después de soportar algún tiempo, finalmente fui a visitar a mi psiquiatra nuevamente, ahí el me dijo que esto era preocupante, ya que después de algo como lo que me había pasado era probable desarrollar cierta “tendencia” a sufrir depresiones, otra buena noticia.
Ese tiempo fue de miedo y de sentirme solo, también tuve otro ataque, desperté una mañana totalmente agarrotado, nunca supe que me pasó, en ese tiempo había abandonado mis medicamentos por orden del médico, por lo que tuve que volver a las benditas pastillas, las odio, y por lo que me han dicho por ahora, lo más probable es que me acompañen por mucho, mucho tiempo.
Con todo esto pasándome, con mis problemas en la universidad, con el miedo que tenía de hacer una tontera, la depresión, además no podía faltar algo que me había marcado durante los años anteriores a esta pesadilla. Que iba a hacer de mi vida, realmente iba a formar una familia???, eso era lo que quería???, iba a ser capaz???.
Estas preguntas me torturaban todas las noches, unos días realmente deseaba una familia, y otros simplemente me daba cuenta que lo quisiera o no yo era gay, y tener una familia quizás no era algo posible o quizás lo que me molestaba era que así realmente no iba a tener la vida “perfecta” que deseaba, que era una tontera, algo que no iba a conseguir nunca.
Hubo semestres donde apenas pude aprobar un ramo, y lo peor es que no me importaba, y eso me preocupaba mucho, cada vez me daba cuenta de realmente no me importaba nada de eso, y entonces para que lo hacía???, bueno… la respuesta era… porque no había nada más que hacer, la idea de abandonar la escuela surgió en muchas de esas noches eternas, pero mis padres no querían, ellos querían que terminara mi carrera, como fuera, y como yo estaba con mi cabeza muy lejos de ahí... Realmente era un tiempo muy oscuro. No podía avanzar en mi carrera, hubo otros semestres donde tuve que congelar debido a problemas de depresión, o muchos problemas para aprobar mis ramos. Todo esto provocó que me atrasara más y más. Finalmente todo se hizo un desastre.
Durante todos estos años aproveché de acompañar a mi abuela, aunque ya no vivíamos con ella, mi relación no decayó, la quería mucho, realmente era más mi madre que mi abuela, y yo más su hijo que su nieto, además siempre la veía, vivía muy cerca de la facultad, todo era muy cómodo. Durante todo ese tiempo creo que fui la persona más cercana a ella, bueno… la verdad es que fui yo quien cambió mucho, después de todo lo que me había pasado, yo había cambiado y ahora me importaban mucho más las personas que quería, algo que le agradezco al año 97 es que evitó que olvidara a los que más quiero, un susto ayuda mucho a cambiar el valor de las cosas, francamente ya no me importa mucho lo que puedo o no puedo tener, solo con quien puedo vivir el tiempo que me queda, y con ella traté de aprovecharlo al máximo.
Otra gran sorpresa que tuve fue la visita, después de 15 años, de mi primo desde Francia, fue dos años después de mi “accidente” y no se que hubiera pasado si la visita hubiese sido antes. Recuerdo que el año anterior a mi enfermedad mi tía viajó desde Francia a pasar las vacaciones con su pareja, un belga bastante bruto, sin intención de ofender a los belgas, solo a ese belga. Francamente no me importó mucho, incluso durante ese verano y en los años anteriores había hablado con mi primo, y fue como hablar con un desconocido. Pero ese año, con todo lo que había pasado, su visita era muy importante para mí. A él yo lo consideraba mi hermano, es más, le decía hermano, y en esos momento su visita era traer al presente todos esos recuerdos, o mejor dicho, la sensación de no estar solo. Fue un verano muy importante, le dije mucho de lo que sentía, aunque no se bien si él lo sentía igual, pero con tanto años de vivir queriendo a alguien “imposible”, me acostumbre a estar contento con querer a alguien. Toda mi familia se convulsionó, las fiestas de fin de año fueron a todo trapo, regalos y celebraciones bajo cualquier excusa, fue muy lindo. Aunque después de que se fue, las cosas volvieron y hubieron algunas peleas, para variar.
Al año siguiente tuvimos otra visita, esta vez junto a mi tía, si bien no fue con tanta espectacularidad, las fiestas fueron muy buenas.
Y bueno, yo en esos momentos y a pesar de todas mis crisis existenciales, trataba de encontrar un camino, las cosas parecían ir mejorando, aunque yo aun me sentía como pez fuera del agua, las cosas me estaban resultando un poco más fáciles. Si bien tenía problemas con mis estudios, en computación afortunadamente casi todos los ramos realizan sus pruebas con apuntes, y con eso evitaba mi problema de poder recordar cosas, claro que sufría mucho con los otros cursos, maldito plan común. Fue ahí donde comenzó algo que quizás fue el otro gran golpe de estos años. A mi abuela le encontraron cáncer, un maldito lunar que no fue cuidado, hacía años que lo tenía, y no hace poco había comenzado a molestarle, pero ella, en su afán de no molestar no dijo nada. Ahora estaba negro, hicieron los estudios y encontraron un melanoma maligno con micro metástasis, odio esa palabra. El médico que la vio extirpo el lunar y le dio unos medicamentos, por lo que dijo, nos tranquilizó bastante, se suponía que había pasado lo peor. Unos meses después la historia era otra, fuimos a ver al médico y a mi abuela se le había expandido el cáncer por el sistema linfático, es decir, no había mucha esperanza. Me contaron que el desgraciado del médico se disculpaba, diciendo que el no era experto en ese tipo de cáncer, que podía equivocarse. Es increíble las personas que uno encuentra, si no sabía que hacía, por que diablos la trató!!! No hubo mucho que hacer, ella cayó en una depresión muy fuerte que sumada a los efectos del cáncer y los medicamentos contra él, la debilitaron más y más. Uno de los recuerdos más fuertes fue una tarde en el comedor de su casa, yo estaba con ella, tenía la cabeza en su falda y ella me acariciaba el pelo, repentinamente ella me pregunto sobre las posibilidades que tenía con el tratamiento que estaba siguiendo, me pregunto a mí si debía preocuparse, si debía tener fe en el tratamiento. Yo me quede helado, no lo pensé mucho pero dije lo único que podía decir, “no se preocupe, el tratamiento es seguro, el doctor sabe lo que hace, así que no se asuste”, yo sabía que estaba mintiendo, había escuchado a mi madre conversar del tema y las cosas no funcionaban, me sentí extremadamente mal, pero no podía hacer nada más. El otro momento que recuerdo muy bien es su último 18 de septiembre. Como nunca, mi familia no se reunió, las relaciones estaban medias afectadas por lo del cáncer, ninguno de mis tíos se apareció, salvo mi tía que vivía con ella no había nadie más, ese día acá en la casa, había preparado un rico asado, y empanadas, pero nadie estaba invitado, estábamos solos. Ese día almorcé, preparé mi mochila y salí a ver a mi abuela, mi papá se enfureció, creo que considero una traición que no pasara el 18 con ellos, pero no podía perder esto, sabía que podía ser el último 18, y no podía perder la ocasión. Mi mamá no se atrevió a salir conmigo, cosa que quizás lamenta ahora. Ese día me costó bastante llegar, era ya medio tarde y no habían muchas micros, llegue cuando ya estaba oscuro y la encontré sentada en el living, estaba todo oscuro, y me puse a hablar con ella, me preguntó por mi familia, le dije que estaban por llegar, no podía hacer otra cosa, de todas formas llegaron al día siguiente, me senté muy cerca de ella y nos pusimos a conversar, yo estaba hecho trizas, pero como buen mentiroso, me reía con ella, contaba chistes, todo lo que podía hacer para que se riera. Junto con la partida de mi primo, es lo más triste que recuerdo. Poco después entro al hospital, de donde no salio más.
Fueron unos meses horribles, mi tía y mi hermano (mi primo) viajaron desde Francia rápidamente, y alcanzaron a estar con ella, yo pase cerca de un mes en el hospital, no me importaba nada más, falte a toda clase que tenía, me fue como la mierda, pero no podía hacer otra cosa, si no estaba con ella estaba con mi primo. Finalmente, y después que la metástasis había avanzado hasta su cerebro y ya no podía hablar, murió el 27 de octubre.
Ese día, ese funeral, todo fue horrible, un amigo me visitó en el funeral, después me dijo que nunca había visto tanto dolor como el que vio en mi cara y en mi familia. Ese año ya estaba terminando mi carrera, haciendo el último ramo, que es “proyecto de software”, no pude terminar, antes de esto ya había tenido problemas con mi capacidad para trabajar, pero con esto yo estaba hecho bolsa, y aunque no elimine el semestre, el año siguiente no pude, no inscribí ramos, no podía, yo ya estaba un poco “tocado” con todo lo que pasaba por mi cabeza, pero con esto, simplemente me quede helado.
Después del funeral, pasamos el año nuevo juntos, toda la familia, estaba mi primo y mi tía, estaban todos, para mi fue triste, y cerca de las 12, después de los abrazos, simplemente me fui a la cresta, mi abuela siempre me daba el primer abrazó a mi, y esa noche fue mucho, no lo aguante.
Cuando volví a la escuela comencé a terminar con los cursos que podía, preferí no seguir con el curso de “proyecto” y terminar con lo que faltaba. Fue todo raro.
Al año siguiente mi mamá tuvo que realizar un viaje al extranjero, ella tiene un problema un poco serio, que acá no tiene mucha esperanza de tratamiento, salvo llenarla de pastillas, así que me pidió que la acompañara, yo quería terminar la universidad, pero… viajar era algo atrayente, además yo estaba realizando un trabajo con mi amigo, para variar, y paso algo que no esperaba, me volví a agarrar de un tipo, uno de los del equipo de desarrollo, no lo pude evitar, pero en esos momentos no quería más problemas, me había hecho amigo de él, habíamos conversado bastante, tenía polola y todo y no quería otra mala experiencia.
Fiablemente viajé, la idea era estar allá cerca de tres meses, al final estuve allá ocho meses!!! Esto me ayudó a conocer más a mi primo, y que el me conociera mejor, después de todo habían sido 15 años, no es poco.
Durante todo ese tiempo lo único que quería era contarle lo que yo sentía, que era gay, porque después de la muerte de mi abuela y el dolor de sentir que realmente nunca me había conocido, solo quería salir del armario. Con mi mamá era medio difícil, ella pasaba por muchos problemas, con una depresión y con peleas entre los hermanos, que aunque yo había tratado un poco de solucionar, los viejos pueden ser muy cabeza dura, y con mi papa menos, recién ahora que mi hermana se marchó con un escándalo tremendo ha comenzado a notar que estoy aquí, su cambio desde mi infancia, donde solo me recordaba lo tonto y torpe que era, a ahora donde se pone a discutir de fútbol y aceptar mis palabras y me respeta, ha sido muy grande. Con los demás, aun no se si me importa mucho si lo saben, pero a mi primo y a mi hermana era una cuestión urgente.
Durante esos 8 meses me costó mucho tratar de acercarme, él es muy fiestero y quería que yo también lo fuera, quería que saliéramos a buscar chicas, que lio!!! El es uno de esos típicos tipos rudos, muy deportista, juega rugby, es muy grande y fiestero, todo lo contrario a mí, bueno… siempre fuimos totalmente diferentes, incluso me atrevo a decir opuestos.
Pronto el comenzó a contarme sus historias, con sus amigos, en el colegio, en los viajes, de todo un poco, incluso con un poco de copas, de su rompimiento muy doloroso con su polola de siempre, hermana de uno de sus mejores amigos. Yo imaginaba que todo iba muy bien, él siempre quería que yo le contará de mis cosas, pero por más que pensaba no encontraba nada fuera de mi homosexualidad, por lo que prefería guardar silencio en vez de mentir, ya no quiero mentir. Todo iba bien hasta que me contó que cuando más joven, con sus amigos salieron a… golpear gays!!! No se que cara puse, pero el cambio la conversación inmediatamente y me dijo que solo lo había hecho esa vez.
Con esa me quede hecho polvo, me sentí solo otra vez, traté de ver que pensaba, de hacer que viera realmente que se siente, pero la discusión término durante una once, cuando dijo que el no tenía nada contra los gays, pero que se mantuvieran lejos de él. Eso creo que fue lo último, después de eso ya no había mucho que hacer no???
El último día me acerqué a él, le dije lo mucho que lo quería y que lo iba a extrañar mucho, quería contárselo todo, pero no sabía que podía ocurrir.
Volví a Chile, tranquilo, ya medio decidido, bueno… más que decidido. Yo soy gay, no puedo hacer nada con eso, soy así
Terminé mis cursos y actualmente estoy haciendo mi memoria, con algunos problemas, porque como lo suponen no todo podía ser fácil para mí. A estas alturas no se si tengo algún tipo de maldición o algo así.
A finales de marzo de este año, adivinen… otro problema en el cerebro, sufrí una lesión en un lugar que no es posible estudiar mas que con “resonancias magnéticas”, “exámenes de sangre” y malditas “punciones lumbares” (te entierran una aguja en medio de tu columna y extraen líquido, es muy molesto). He visitado muchos médicos, algunos vieron en mis exámenes la posibilidad de una esclerosis múltiple, como buen internet-maniaco, investigue mucho y no me gustó lo que encontré. La posibilidad de una enfermedad que afecta al sistema nervioso y que te puede dejar realmente inválido no es muy atrayente.
Otras cosas entretenidas, mi papá sufrió una pancreatitis, que si empeora se muere, mi tío sufrió una lesión en su rodilla, y a otro tío le encontraron una falla en una válvula en el corazón, por lo que lo operaron y le pusieron una válvula plástica, entretenido año.
Finalmente mi enfermedad no quedó en nada, mis exámenes no muestran avances y no existe hasta el momento una explicación para lo que me pasó. Los recuerdos que me quedaron de esto es que ahora cuando miro con mis ojos hacia arriba y lo veo todo doble, además de problemas en mi lado izquierdo, ahora mi mano izquierda está mucho más torpe (si escribir esto ha sido una molestia), lo mismo que mi pie, además que mi sentido del tacto se vio afectado en todo el lado izquierdo, incluida mi boca, lengua, pies, todo.
Después de escribir todo esto, durante todas estas noches he tenido muchos recuerdos que antes no podía recordar, que debido a las secuelas de la encefalitis es cada vez más difícil. Hay muchas cosas que se me escapan, pero no recuerdo cuando pasaron, a veces ni siquiera se si pasaron, todo ha sido un gran enredo.
Ahora mis desvelos, en la mayoría de las veces, se deben a mis dudas sobre que hacer ahora, y si vale la pena. Con todo lo que me ha pasado, francamente he perdido mucho del miedo que le tenía a la muerte, o al olvido, ya no me importan. Todas estas dudas me hacen pensar en el motivo por el cual estoy aquí, para muchos de mi familia soy importante, les ayudo en sus momentos de soledad y dolor, y siempre los trato de ayudar, para que no se comporten como niños. Por el momento estoy casi logrando que todos mis tíos al menos puedan conversar, que después de la muerte de mi abuela ni siquiera se saludaban, ahora mi primo esta con una carrera y ya tiene nueva polola, y mi hermana esta buscando lo que realmente quiere, que como yo, debe tener más de alguna tranca. Y yo, que hago???... simplemente trabajó en mi memoria, que con todos los problemas que pasé estoy medio atrasado, y no he querido trabajar en otras cosas, porque francamente lo que más deseo, incluso más que mi bendita memoria, es saber para que diablos he pasado por todo esto.
Cuando pienso en las alternativas que veo ahora, casarme y vivir mintiendo siempre, o vivir buscando algo que se parezca a una familia con un hombre, pero con el temor de que busque lo que realmente no existe, porque después de todo una familia con dos hombres, por lo menos aquí en Chile, aún no la imagino. Lo que pienso es que lo que busco, o lo que debo encontrar, es que por fin me de cuenta de la realidad, y por más que sueñe y desee cosas, tienes lo que tienes, y estás donde estás (que inteligente), por lo que por más que busque una solución mágica, lo único que importa realmente es la búsqueda, lo que me pase, lo que me cambie, y las personas que estén junto a mi cuando eso ocurra.
Estoy decidido que a pesar de todos los comentarios homofóbicos que escucho en todas las reuniones de la familia, ya no aguanto más, y aunque soñaba en estar fuera de casa cuando lo hiciera, la fortuna se ha encargado de hacer eso difícil, por lo que no me queda otra.
Ufff, esto si que fue largo, y me queda mucho más, espero poder contarles como me va ahora, y ojalá que me ayuden en la probables locuras que se me ocurren, que con esto de la encefalitis, no recuerdo muy bien lo que ya he pensado, quizás estos días este lejos, que mi memoria debe avanzar, pero espero que me puedan ayudar.

miércoles, septiembre 21, 2005

La universidad y una vida nueva

El último post me dejó helado, hace mucho tiempo que no pensaba en mi colegio, en mis amigos y en “él” (vean el post anterior). Durante todo el día he tenido recuerdos del colegio, y de todo lo que sentía, el problema es que me cuesta un poco ordenar las cosas, y así no se como postearlas, si después logro ordenar mi cabeza les contaré más de mis experiencias.
Lo otro que me ocurrió es que después de acostarme, que fue como a las 4 de la mañana, tuve unas pesadillas muy raras, se que fueron pesadillas por como desperté, asustado y con pena, aunque no puedo recordar casi nada, solo que en mi sueño mi madre había muerto. Tenía el corazón apretado.
No comenté con nadie el sueño, no se porque pero no me gusta hablar de esas cosas, otra tontera.
Ahora… nos quedamos en mi salida del colegio, bueno, les conté ya de todo lo que me pasó al abandonar todo ese “mundo”. Después de mi salida rendí la antigua PAA, me fue bien y pude entrar a la carrera que quería, Ingeniería Civil en la Chile. Estaba muy contento y en mi casa también, aunque aun no sabía muy bien de donde sacar la plata para pagar, si no me daban el crédito, iba a ser muy difícil.
Yo fui muy ingenuo, por no decir otra cosa, al asistir al primer día de clases, recuerdo que para variar llegue atrasado, y aún viendo a todos los alumnos sedientos de pelo que estaban fuera de la sala, entre de todas formas.
En la sala todos estaban con una cara de miedo, todos blancos escuchando como gritaban tras la puerta, en la pizarra estaba el profesor, o el que creíamos profesor, ya que después lo vi asistiendo a clases de los cursos más avanzados. Todos nos mirábamos y nadie entendía como diablos íbamos a salir de ahí, la puerta estaba sitiada y por las ventanas era muy riesgoso saltar.
Cuando el “profesor” decidió que ya era tiempo de terminar la clase, abrió la puerta y se abalanzaron sobre nosotros decenas de sedientas tijeras, nos quitaron una zapatilla a todos, y nos rociaron con vinagre, todo un deleite. Entre toda la confusión pude ver a un amigo mío, lo conocía de mi casa, habíamos compartido muchos cumpleaños cuando niños, el era mayor que yo, por lo que nuestra amistad había decaído mucho, estuve a un pelo de saludarlo, pero lo que quizás fue instinto de conservación evitó que cometiera semejante estupidez, después supe que el estaba en esa sala en particular no por obra y gracia de la fortuna, el me estaba buscando, y de haberlo saludado, el me hubiese dejado calvo. En esa confusión pude ver a muchos de mis compañeros saltando por la ventana a pesar de la altura, otros trataron de atravesar la pared de brazos que estaba en la puerta, yo… me dedique a hacer lo que hacia mejor, tranquilamente entregue mi zapatilla y me dedique a observar el desastre.
Cuando hubo pasado la confusión, pague por la devolución de mi zapatilla y salí tranquilamente por la puerta, al parecer la tranquilidad de mi expresión me salvó de la masacre. Tranquilamente comencé a caminar hacia el patio central de la facultad y me entretuve admirando toda la dantesca imagen, compañeros míos atrapados en las ventanas del segundo piso eran amenazados con una tijera de jardín, otros siendo perseguidos con sus poleras rotas por varios muchachos enmascarados, otros en el suelo amarrados sin sus zapatillas, todo un caos.
Ahí estaba yo, caminando tranquilamente, nadie se percataba de mi presencia, nadie intento hacerme nada, todo muy raro. Después de pasearme por cerca de una hora, me aburrí y volví a mi casa. Puedo decir que a mi no me mechonearon, y en esos tiempos el mechoneo era en serio, no como ahora.
Luego pasaron los días y las semanas… y los controles, con esas benditas hojas de papel borraron de forma muy rápida todo el orgullo que traía del colegio, mi primera prueba y mi primer rojo, algo de lo que me jactaba en el colegio era de no haber nunca sacado un rojo, y en la universidad se encargaron de ese record con una dolorosa facilidad.
Todo era muy confuso, yo había conocido algo del mundo universitario en el colegio cuando participe en estas olimpiadas de física organizadas en la USACH, y estaba conforme con mis resultados, en la primera que participe salí sexto!!!, esa experiencia me enseño algo, pero no todo, mi primer semestre fue desastroso, de no ser por el hecho que en la Chile en el primer año lo ramos son anuales, habría repetido. El segundo semestre, ya más habituado a las torturas universitarias, logré recuperar mis promedios y pude superar el primer año.
Durante ese primer año continué con los rollos que traía desde el colegio, con mi homosexualidad, con los recuerdos y las ganas de verlo, a “él”, durante el primer semestre, además de los rojos no conocía a nadie en la universidad, me costó mucho hacer amigos, claro que esta vez creo que inconscientemente busqué amigos que no pudieran “interesarme”, no quería pasar por el momento por la situación del colegio, quería estar tranquilo y sin líos en la cabeza, no había tiempo para eso. Cuando las cosas comenzaron a ir mejor, pude comenzar mi vida social, y encontré buenos amigos, pero no quería volver a ser el que era en mi colegio, así que traté de hacer lo que quería cuando quería, salvo algunos inconvenientes provocados por algunas discusiones, la relación con mis nuevos amigos fue muy buena.
Ya en segundo año y con la mente más “despejada”, surgió nuevamente la interminable disyuntiva, el ser o no ser… gay, eso me atormentaba mucho aún, ya en la universidad trataba de imaginar como seguirían las cosas después, y aun no tenia respuestas. Con las fiestas y las personas que se conocen, intente probar la vida “normal”, reuniones y fiestas eran el ambiente adecuado, pero francamente no me encontraba cómodo, no lo sentía “correcto”.
Después de todo esto, y después de sopesar todo los pro y contra, casi siempre elegía el poder tener una familia, no sabía como, pero eso era lo que quería, y digo casi siempre porque cada vez que veía a uno de mis compañeros “especiales”, esos que hacen mirar con “ganas”, la convicción de lograr una familia perdía mucha de su fuerza.
Así pasaron los años, no puedo decir que me iba muy bien, pero al menos en el área que me interesaba no tenía problemas, el bendito plan común de la Chile francamente es algo asqueroso.
Recuerdo que uno de esos años, con mis amigos hicimos un viaje a Coquimbo, fue muy divertido, lo pase genial, poco a poco comencé a ver mi futuro, mi vida fuera de casa, donde a pesar de ya no estar donde mi abuela, las peleas y discusiones no cesaban. Todo esto fue provocando que la relación con mi familia fuera cada vez más distante, salía temprano en la mañana, regresaba en la noche, los fines de semana, a veces fiestas, pero no soy muy de ese estilo, así que no eran muchas. Con mis dos padres trabajando, casi no se preocupaban por mí, quizás por mi costumbre de estar “solo”, ellos también se habían acostumbrado a que yo no los necesitara. Salvo mi abuela, que era donde yo comía todas las tardes, no mucha gente compartía conmigo.
Cada vez me distanciaba más, me endurecía más, simplemente ya no compartía con nadie. Con mis amigos, a pesar de estar con ellos, no tenía una relación muy cercana con ellos, jamás hablaría de lo que pasaba por mi cabeza con ellos, simplemente no podía, mi costumbre de estar solo no había cambiado.
Ya habían pasado cuatro años, ya tenía decidida mi carrera y había comenzado con los cursos de la especialización, tenía en cierta manera cual era mi camino profesional después de salir de la universidad, tenía mis planes, salvo el más importante, gay o no gay… he ahí el dilema, finalmente decidí terminar mi carrera tranquilo, buscar alguna chica simpática con quien poder formar una familia, y conseguir lo que en ese momento era algo muy importante para mi, hijos y que ellos tuvieran una vida feliz y tranquila. Creía ciegamente que eso era posible, y que podría contra mis “impulsos”.
Bueno, aquí termina esta etapa, ese verano, después de terminar el cuarto año en la universidad, comencé lo que era mi primera práctica profesional, era el año 1997.
En ese verano cambio todo.

martes, septiembre 20, 2005

El primer amor

Y pasaron las fiestas, no me quejo, lo pase bien y comí mucho, todo lo que se necesita para subir unos 5 kilos en estos días, aunque como ya dije, no soy muy amigo de estar con mucha gente por mucho tiempo. Además soy de esas personas que en las fiestas extraña a los que no están, lo que no es muy atractivo para los que están a mi lado, pero que puedo hacer???.
Bueno, ahora viene otra parte de mi historia, y una muy importante para todos, supongo. Ese momento donde uno comienza a dejar atrás todas las cosas de “niños”, donde se despiertan ciertas “sensaciones”.
En mi caso fue un poco duro este cambio, y me costó mucho darme cuenta y aceptar lo que pasaba. De lo que puedo recordar, fue como a los 11 años cuando empezó este interés por el sexo, ufff, claro que lo que atormentaba un poco era que el interés era por los chicos, cosa que en un primer momento no me detuve a pensar, simplemente deseaba estar con ciertas personas, veía a hombres en la piscina y no podía evitarlo, me gustaba verlos. A nadie le conté de esto, nadie nunca lo supo, recuerdo que mis amigos ya hablaban de la chicas y los juegos con ellas cambiaban de tono, pero la verdad es que esos juegos no me atraían mucho. Cuando estuve seguro de que la cosa era en serio fue en un paseo de estos que hacen para fin de año en las empresas, con mi hermana fuimos a uno de estos campos deportivos, donde había piscina, y pos supuesto un salvavidas, como decirlo, simplemente no podía quitarle los ojos de encima, pero con esto creció el miedo, y pase muchas noches deseando que esto cambiara, me sentía muy mal por esto, yo iba a un colegio católico, donde te enseñaban que cosas como estás eran un gran pecado.
Luego de esto, siempre trataba de ocultar a mis amigos lo que me pasaba, o como miraba a los chicos, me pasaba todo el día perseguido, era agotador. Trataba de ignorar todo lo que mis amigos decían de los maricones, que eran lo peor, y en mi casa no era diferente. Después de un tiempo de soportar eso, la presión que sentía fue bajando, no se si fue porque me acostumbre a todo eso, y dado que en general yo no sentía una gran necesidad por relacionarme con los demás, la situación no me complicaba mucho.
Todo esto cambio un día en el colegio, teníamos clase de gimnasia y con mis compañeros llegamos al camarín para cambiarnos, para mi el hecho de hacer gimnasia no era muy agradable, desde pequeño había sufrido mucho de resfríos complicados, que al final eran debido al asma que tenía, por lo que a menudo no participaba en esa clase tan entretenida, que después de un tiempo para mi era una tortura, no solo por la tos, sino porque simplemente ya no sentía las mismas ganas de matarme corriendo, prefería ir a la biblioteca.
Bueno, siguiendo la historia, ese día llegamos antes al camarín, y aún estaban allí los alumnos del otro curso, era el curso inmediatamente mayor a nosotros, lo que me paso al entrar al camarín fue algo que me marco por muchos años, vi como uno de los alumnos saltaba y hacia bromas, todos reían, nosotros entramos pero no entendíamos nada, pero yo solo me quede helado, el tipo no era muy apuesto, pero tenia uno de esos físicos que en ese momento me tenían loco. Bueno, ese tipo me impresiono, pero solo quedó ahí, el resto del año no recuerdo haberlo visto, o hablado con él, yo seguí tranquilo en mi curso tratando de pasar desapercibido. Lo curioso pasó al año siguiente, como ya se imaginan, al entrar a la sala de clases, el primer día, lo veo ahí, había repetido el año y ahora estaba en mi curso. No sabía que hacer.
No fue muy difícil hacerme amigo de él, en mi curso la proporción de hombres era de 10 en un curso de 40. No se como decirlo, en un principio no era difícil controlarme, pero al pasar el tiempo me fui haciendo más amigo de él, quien tenía problemas con algunas materias, y como a mi me iba bien, lo ayudaba siempre que podía.
Esos años fueron difíciles, en general yo no soy de un físico muy bendecido, debido a mi problema de salud y mi creciente aversión a los deportes, en un principio era un poquito gordito, y después al crecer, quede muy flaco, al salir del colegio solo pesaba 60 kilos, y era puro hueso. Todo esto me hacía blanco perfecto para las bromas típicas que se dan dentro del colegio, era un blanco fácil que no se podía defender.
Al parecer me desvío un poco del tema, lo que pasó después es que … nada, tenía terror que alguien se diera cuenta de lo que sentía, y eso me fue aislando cada vez más, idiota de mi, solo miraba. Fue un tiempo muy duro, pero me ayudo a valerme solo, aprendí a defenderme solo, quizás no tenia los “medios” físicos para lograr amedrentar a mis compañeros y así me dejaran tranquilo, pero si aprendí a golpear donde más duele a esa edad, podía ser bastante cruel con mis bromas, algo que me quedó hasta estos días y trato de controlar. También me surgían muchas preguntas sobre lo que me pasaba, lo que sentía, lo que podía pasar, fui muy amigo de los libros y revistas, buscando información sobre la homosexualidad, a que se debía, si era “curable”, que tonto, también mucha información sobre sexo y los cuidados que se debían tener, cosa que era muy útil. Pero al final de cuentas esto me separó más de mis padres, casi no hablaba mucho con ellos, salvo las típicas preguntas de “como te fue en la prueba de matemáticas???”, o “que quieres para tu cumpleaños???”, cosas así.
Otra cosa que marcó mucho mi vida en esos años eran las interminables discusiones de mis padres, en los primeros años de discusiones que recuerdo, tengo la imagen de estar en la pieza, junto a mi hermana, que es un año menos, solos en la pieza, ella llorando y yo la abrazaba, con el tiempo mi hermana ya no estaba en la casa al momento de las peleas, y yo no sentía muchas ganas de salir, después de un tiempo uno se puede acostumbrar a eso, y como yo no tenía tantos amigos … Después mi mamá comenzó a trabajar, yo quedaba solo en casa con mi abuela, a quien quería mucho y en las noches el ambiente de la casa cambiaba mucho al llegar mis padres y sus peleas. Al final, después de las peleas, usualmente me quedaba consolando a mi mamá, en ese tiempo yo tenía una imagen de mi padre muy mala, creo que una vez hasta le dije que lo odiaba, ahora mi relación con él esta bastante mejorada, lo mismo que la relación entre mis padres. En esos tiempos a veces pensaba que las personas debían pedir permiso y ver si eran capaces de tener una familia. Este era mi otro gran dolor en esos años, tengo muy malos recuerdos de esas peleas, así como del estado de mi madre, ella se hizo dependiente de distintas pastillas, al principio no sabía que eran, pero el nombre “diazepam” después lo conocía muy bien. Recuerdo una vez cuando estaba aún pequeño, frente a toda la clase, en una de esas oraciones donde se piden cosas a Dios, haber pedido que ayudara a mi mamá para que no tomara tantas pastillas, después eso me parecía algo vergonzoso, pero ahora me da pena recordar esas cosas. También ocurría en todas las fiestas que se hacían en la casa, que mi mamá tomara más de la cuenta y todo terminara con una gran pelea, sino con mi para, con alguno de mis tíos invitados a la fiesta, es quizás por esto que no me agradan mucho las fiestas ni el alcohol.
Bueno, así pasaron mis años, tratando de comprender lo que pasaba, porque cada cierto tiempo pensaba en la posibilidad de dejar de ser “raro”, era algo que a veces deseaba, quizás lo que quería era algo de “normalidad”, recuerdo también haber llorado mucho antes de dormir porque no encontraba salida a todo lo que pasaba por mi cabeza, también escuche que la homosexualidad puede ser una etapa por la que pasan los jóvenes de esa edad, … a esa edad uno lo cree todo, no???
Con los años ya mi amistad con él (supongo que saben de quien hablo) era muy cercana, lo ayudaba mucho, en todo lo que podía, en trabajos y tareas, en la pruebas, ayudándolo a estudiar y después soplándole durante la prueba. Si hasta iba a su casa, debido a que yo vivía aun con mi abuela, y me daba vergüenza, para estudiar. El problema es que yo regresaba muy tarde a mi casa, como a las 1:00AM, y para volver caminaba por las calles más peligrosas de mi barrio, calles de muy mala fama. Mi mamá siempre me retaba, pero ni siquiera pasaba por mi cabeza la idea de no ayudarlo, era muy tonto.
Todo siguió así, luego comenzaron las fiestas, los pololeos, las “amigas”, y yo me estaba viendo cada vez más raro dentro de mi curso, se estaba haciendo “evidente”, y no sabía que hacer. Uno es muy tonto a esa edad, además de muy egoísta. En ese tiempo había una chica en mi curso, de la que yo era muy amigo. La amistad fue avanzando, y a mi ya me tenía medio incomodo, pero al final dije… “por que no???”, yo ya estaba en la media, y creo que fue a la salida de clases según recuerdo, hable con ella y nos pusimos a pololear, en un principio no me sentía mal, claro que me incomodaba mucho que fuera a mi casa, así que casi siempre la visitaba yo. No puedo negar que era agradable estar con ella, hasta me hice amigo de su hermano menor, lo ayudaba con sus trabajos. Conocí a sus padres, y la situación de su familia también era problemática, así que ya sabía como moverme en esas aguas peligrosas. El problema fue que con el tiempo me di cuenta que comencé a quererla, y ella a mí, pero el cariño que yo sentía era solo eso, no sentía lo mismo que ella. Me acuerdo que una tarde en su casa, estábamos en su cama, tomados de las manos, y se me salio un “te quiero”, y era de verdad, pero era un “te quiero” que le diría a mi hermana, no se si me entienden. Después de eso pensé mucho en lo que estaba haciendo, francamente ella no se merecía eso, así que mi pololeo duró algo mas de un verano, antes de comenzar el último año termine con ella. Se que le hice daño, pero sentía que era peor lo que le hacía, no se si estoy equivocado.
Después durante ese año ella se estaba acercando otra vez, y no se si me equivoque al interpretar sus “movimientos”, lo que es lo más probable ahora que lo pienso, hable con ella y le dije que no podíamos volver, Dios… a esa edad uno es muy ególatra. Después de eso mi amistad con ella termino, poco a poco. Soy un idiota.
Durante ese último año también comenzaron las fiestas, o mejor dicho, reuniones entre un grupo de amigo, muy cercanos, en casa de uno del grupo. Eran muy entretenidas, aunque no hacíamos más que conversar, fue un tiempo muy bueno. Nos juntábamos y conversábamos toda la noche. Fue en una de esas fiestas, según recuerdo, donde debido al cansancio a unas copitas caí a la cama muy temprano, ese día nos íbamos a quedar como siempre toda la noche. Durante esa noche despierto y a mi lado estaba él (no necesito explicar mejor a quien me refiero), y no pude resistirme, en ese momento lo abrace, yo estaba muy loco, quizás aun bajo el efecto de algo, pero lo recuerdo bien, pase un buen rato abrazándolo, hasta que se me ocurrió la idea de darle un beso, que cursi, pero este intento casi lo despierta, me quede helado, afortunadamente no paso nada, pero después de esto, me di vuelta y me dormí, a la mañana siguiente yo estaba, como decirlo… raro, más de lo habitual, no se que me pasaba. Nos levantamos ese día domingo, salimos rápido de la casa, cada cual esperando llegar pronto a destino para sacarse la diversión de encima, y fue ahí que, en la micro de vuelta, íbamos casi todos juntos, él iba con su polola, juntos y besándose, y yo solo miraba, y me di cuenta de que estaba solo perdiendo el tiempo. Me sentí fatal, un tonto, no había nada, nada, puf… ese día es de lo poco que recuerdo, mejor dicho esa imagen de ellos sentados juntos. Después de eso solo pude pensar en abandonar las ideas que calificaba de “románticas”, y buscar algo que quisiera, fue ahí cuando comencé a buscar algo por lo que valiera la pena luchar, y comerse toda esta soledad que había soportado hasta entonces, algo que me faltara.
Después de mucho pensar, lo único que podía tener sentido era lograr una familia, una como la que no había tenido, y aunque yo quería mucho a mi mamá y que con mi papá mis relaciones estaban mejorando, sabía que mi vida no había sido de las mejores. Así que me dije, eso quiero, una familia, una de esas que todos quieren, una donde exista tranquilidad, y sobre todo, tener hijos para quererlos y cuidarlos, quizás evitar que se sintieran solos, uno busca no repetir los errores de los padres.
Otro hecho que me marco mucho fue que, no me acuerdo si fue en tercero o cuarto medio, mis amigos me dieron una sorpresa y me fueron a visitar en mi cumpleaños. Yo nunca les avisaba, porque en mi colegio, estar de cumpleaños era casi una sentencia de muerte, con todas las pruebas, camoteras, y demás, que te dejaban adolorido por una semana, además estaba el hecho que después de mucho tiempo ocultando lo que era la vida en mi familia, no quería que nadie de mi colegio conociera mi otra faceta, mi otra cara.
Cuando los vi en la puerta de mi casa, para mi fue como el choque de un tren, no sabía que hacer, como comportarme, fue algo bastante bochornoso, pero… lo considero uno de los mejores regalos que me han dado, desde ese entonces he tratado de actuar siempre igual, tratar de no complicarme la vida con cosas tan idiotas como “los demás”, si bien suena raro eso viniendo de alguien quien lo había contado lo que realmente sentía a nadie, lo que nació desde ese momento fue tratar de ver que es lo que quería y actuar en consecuencia. No se si soy claro, me cuesta un poco describir esto, lo que buscaba era dejar de “actuar” para la gente, tratar de agradar. Si bien soy un tipo para nada agresivo, es porque así me siento bien, busco hacer lo que quiero. Me di cuenta que esto puede ser bastante difícil, sobre todo porque debes saber que quieres. Pero es algo que ahora trato de seguir y me ha ayudado a no perderme cuando las cosas se han puesto negras.
Bueno, se acerca el final de esta etapa, es uno de los días donde he llorado más, donde ocurrieron muchas cosas, fue en el día de mi graduación del colegio, hacía años que no lloraba por alguien que no fuera por mi, que no lloraba por perder a alguien, pero ese día, cuando salimos del gimnasio, donde fue la ceremonia, no podía parar de llorar, en ese momento perdía a mis amigos, con los que aprendí muchas cosas, perdía el colegio que tenía muchos recuerdos, y lo principal, lo perdía a él, que a pesar de tener la cabeza llena de la idea de encontrar la forma de lograr una familia, siempre estaba él. Ese día llore como hace tiempo no lo hacía, veía por delante las oportunidades que venían, iba a estudiar una buena carrera en una buena universidad, tenía lo que los otros querían, pero lloraba como un niño.
Después de esto no lo vi más, hicimos la famosa gira de estudios, a la que él no fue, ni tampoco fue a las reuniones que hicimos después, solo lo vi una vez más, en una reunión de ex-alumnos que hizo el colegio, estaba igual, un poco más gordo, pero a mi no me importaba, ahí supe que se había casado, no con la polola que había tenido durante todos los años de colegio, con una mujer mayor. Ya tenía la idea de tener hijos pronto y había logrado terminar la carrera de construcción civil, me sentí contento, sentía que yo había ayudado un poco en eso. Él estaba allí, aún lo quería, quedamos de juntarnos todos el fin de semana siguiente, todos suspendieron la reunión después, ahora solo me veo a veces con uno de los del grupo, que aun es mi amigo pero lo veo a lo lejos.
Parece que esta vez me excedí con las letras, es que es una etapa que como a todos marco muchas de las cosas que me han pasado ahora.    

sábado, septiembre 17, 2005

Por el principio ...

Cuando cree este blog, después de leer muchos otros y ver como se podía lograr una comunicación sincera de una forma tan sencilla, solo pensé que yo quería eso, pero ahora puedo decir que es complejo esto de la página en blanco.
A mi cabeza vienen muchas ideas que siempre he querido contar a mi hermana, a mi primo, mis amigos, a los que tengo a mi lado, pero siempre he callado. Son cosas que uno arrastra y no permiten sacar los secretos al aire.
Con todo esto en la cabeza y después de mucho imaginar, solo puedo pensar en “comenzar desde el comienzo”, suena lógico.
El lió es que en estos momentos no es mucho lo que recuerdo claramente de mi infancia, solo algunas cosas, algunas imágenes, y cosas que me han contado, que he escuchado. No se como es en el caso de ustedes y cuan seguros están de lo que saben, lo que es yo, después de muchas cosas que han pasado, a mi cabeza no le creo mucho, pero no me queda otra.
Como les debió ocurrir a muchos que tienen mi edad, el día del año 1974 en el que nací había toque de queda, mi mamá me cuenta que detuvieron la ambulancia cuatro veces antes de llegar al hospital, y por supuesto revisaron a mi mamá en cada oportunidad. A ella se le ocurrió mejorarse en un hospital público, ella no pensaba encontrar grandes diferencias a lo que podría encontrar en una clínica. Eso fue un grave error, ella, en todos mis cumpleaños, me cuenta cuan difícil fue mi nacimiento, y cuan mal lo pasamos esa noche.
Luego, de niño, muy niño, el único hecho importante que sé que ocurrió, y de eso estoy seguro, ocurrió debido a que yo era muy intruso, mucho, tanto así que a los 2 años de edad, y junto con la ayuda de mi primo, logramos dar vuelta sobre nosotros una cocina de cuatro platos, y sobre ella, dos ollas llenas de agua hirviendo. Se que suena bastante trágico, y a todo familiar que pregunto sobre el accidente me cuenta lo terrible que fue, pero es muy raro cuando te cuentan algo así, y ves todo lo que pudo significar en tu vida, y lo único que quedo en tu persona fue una bonita cicatriz (en toda tu espalda y tu brazo), nada más, gracias a Dios estos recuerdos ya se ven pequeños. Es raro, de niño hasta me gustaba jugar con fuego.
Todos me dicen lo terrible que fue, pase cuatro meses en el hospital, y casi casi no la cuento, todos me hablan de lo mucho que cambie, y quizás sea la otra cicatriz que me dejo esta experiencia, yo soy alguien muy, pero muy solitario. Durante los cuatro meses que estuve en el hospital no permitieron que yo viera a nadie de mi familia, por instrucciones del médico, y creo que esto también me afecto. Bastante rara la medida del doctor, pero mi familia no se atrevió a contradecir lo que decía.
Bueno, yo solo me conozco después de esto, y desde pequeño fui alguien que observaba mucho, pero que no gustaba mucho de jugar con los demás. Solo tenía a mi primo, que era mi mejor amigo y se quemó junto a mí y a mi hermana, eso era todo.
Después de esto solo recuerdo como jugábamos en la casa durante el invierno, y como corríamos por el pasaje donde crecí, dado el momento vivíamos junto a mi abuela, mis padre no tenían como conseguir los medios para comprar una casa, historia de muchos, pero gracias a estos años viviendo con tantas personas, aprendí mucho sobre como relacionarme con las personas, sin necesidad de compartir los que yo sentía.
Al crecer me hice de mucho amigos en el pasaje, éramos muchos niños, no me puedo quejar mucho, luego entramos al colegio, y se que siempre en la televisión muestran a los niños llorando para no dejar a los papas, pero me acuerdo que el primer día de clases yo lloré cuando tenia que volver a casa, siempre se ríen de mi cuando lo recuerdan, la profesora me dijo que podía ir a mi casa, pero no se bien que pensé yo, pero salí corriendo de la sala, y recorrí casi todo el colegio con mi profesora persiguiéndome. Uf, que manera de comenzar el colegio. Pero el hecho de entrar al colegio me enfrento a la necesidad de relacionarme con otros sin mi primo ni mi hermana, hasta donde recuerdo, me gusto bastante, era mejor que estar en la casa con tantos niños con los que jugar, que más podía pedir.
Esos momentos fueron buenos, y salvo una “pequeña” bronconeumonia en el invierno, fue muy bueno. Me hice de amigos, me costo un poco pero era entretenido.
Y después ………., bueno, les debo advertir que a veces esto parece de película. Mi primo, mi mejor amigo, mi hermano, vivía con nosotros debido a que su madre fue a probar suerte a Francia, poco después de su nacimiento surgió la posibilidad de viajar debido al golpe militar, no se bien que paso con su padre, pero él vivía en casa de mi abuela junto a nosotros. Fue en 1983 cuando mi tía volvió, yo sabia de su regreso y se lo oculte a mi primo para que fuera una sorpresa, estuvo durante un mes, el motivo de su visita era buscar a mi primo, y llevarlo a Francia. Yo era muy chico para comprender que es lo que iba a pasar, pero fue en el aeropuerto, cuando veía como despegaba el avión, que comprendí lo que pasaba, desde ese entonces no me agradan los aeropuertos.
La partida de mi primo, de mi hermano, creo que fue lo que término por cambiar mi forma de ser, después de ese día, no recuerdo haber llorado por algo, no recuerdo haber sentido a un amigo como a mi primo, suena trágico, pero es lo que recuerdo. En ese momento tenía 8 años.
Después de eso, no recuerdo mucho, días en el colegio, como todos los días. Días en la casa de mi abuela como todos los días, donde no era raro ver discusiones, algunas bastante fuertes. Lo que era lógico al compartir un espacio reducido junto a algunos de mis tíos que debido a la crisis del 81-82 perdieron como nosotros sus casas.
Esto es lo que recuerdo de mi niñez, dicen que uno recuerda solo las cosas malas, y parece que es cierto, porque debo decir que pese a todo esto, en casa, con mi primo y mi hermana, son los mejores recuerdos que tengo.
Ahora pienso en lo que ocurrió y la mala suerte que se puede ver en todo esto, pero no se si lo querría de otra forma, después de todo, eso me ha ayudado a ver las cosas como las veo hoy, mucho de esto marcó para siempre mi forma de ser, y no solo en la soledad que elegí la mayor parte del tiempo, sino en las cosas que aprendí a disfrutar, las cosas que veo ahora, cosas que me han ayudado a superar los problemas que encontré después, bueno, los que pude superar. Al fin de cuentas, todo eso es parte de lo que soy ahora, lo recuerde o no, y sumando y restando no estoy decepcionado.

jueves, septiembre 15, 2005

El inicio

Hola a todos, espero que esto sea el inicio de algo bueno, aun no estoy muy seguro de que va a salir en estas páginas, es medio difícil contar a todos las cosas que he guardado tanto, que es lo que busco.
Hay muchas cosas que quiero contar, espero que con el tiempo pueda ordenar un poco las ideas, y así lograr sacarme todas estas trancas que he ararstrado por tanto.
Muchos saludos a todos, nos veremos pronto.