martes, septiembre 20, 2005

El primer amor

Y pasaron las fiestas, no me quejo, lo pase bien y comí mucho, todo lo que se necesita para subir unos 5 kilos en estos días, aunque como ya dije, no soy muy amigo de estar con mucha gente por mucho tiempo. Además soy de esas personas que en las fiestas extraña a los que no están, lo que no es muy atractivo para los que están a mi lado, pero que puedo hacer???.
Bueno, ahora viene otra parte de mi historia, y una muy importante para todos, supongo. Ese momento donde uno comienza a dejar atrás todas las cosas de “niños”, donde se despiertan ciertas “sensaciones”.
En mi caso fue un poco duro este cambio, y me costó mucho darme cuenta y aceptar lo que pasaba. De lo que puedo recordar, fue como a los 11 años cuando empezó este interés por el sexo, ufff, claro que lo que atormentaba un poco era que el interés era por los chicos, cosa que en un primer momento no me detuve a pensar, simplemente deseaba estar con ciertas personas, veía a hombres en la piscina y no podía evitarlo, me gustaba verlos. A nadie le conté de esto, nadie nunca lo supo, recuerdo que mis amigos ya hablaban de la chicas y los juegos con ellas cambiaban de tono, pero la verdad es que esos juegos no me atraían mucho. Cuando estuve seguro de que la cosa era en serio fue en un paseo de estos que hacen para fin de año en las empresas, con mi hermana fuimos a uno de estos campos deportivos, donde había piscina, y pos supuesto un salvavidas, como decirlo, simplemente no podía quitarle los ojos de encima, pero con esto creció el miedo, y pase muchas noches deseando que esto cambiara, me sentía muy mal por esto, yo iba a un colegio católico, donde te enseñaban que cosas como estás eran un gran pecado.
Luego de esto, siempre trataba de ocultar a mis amigos lo que me pasaba, o como miraba a los chicos, me pasaba todo el día perseguido, era agotador. Trataba de ignorar todo lo que mis amigos decían de los maricones, que eran lo peor, y en mi casa no era diferente. Después de un tiempo de soportar eso, la presión que sentía fue bajando, no se si fue porque me acostumbre a todo eso, y dado que en general yo no sentía una gran necesidad por relacionarme con los demás, la situación no me complicaba mucho.
Todo esto cambio un día en el colegio, teníamos clase de gimnasia y con mis compañeros llegamos al camarín para cambiarnos, para mi el hecho de hacer gimnasia no era muy agradable, desde pequeño había sufrido mucho de resfríos complicados, que al final eran debido al asma que tenía, por lo que a menudo no participaba en esa clase tan entretenida, que después de un tiempo para mi era una tortura, no solo por la tos, sino porque simplemente ya no sentía las mismas ganas de matarme corriendo, prefería ir a la biblioteca.
Bueno, siguiendo la historia, ese día llegamos antes al camarín, y aún estaban allí los alumnos del otro curso, era el curso inmediatamente mayor a nosotros, lo que me paso al entrar al camarín fue algo que me marco por muchos años, vi como uno de los alumnos saltaba y hacia bromas, todos reían, nosotros entramos pero no entendíamos nada, pero yo solo me quede helado, el tipo no era muy apuesto, pero tenia uno de esos físicos que en ese momento me tenían loco. Bueno, ese tipo me impresiono, pero solo quedó ahí, el resto del año no recuerdo haberlo visto, o hablado con él, yo seguí tranquilo en mi curso tratando de pasar desapercibido. Lo curioso pasó al año siguiente, como ya se imaginan, al entrar a la sala de clases, el primer día, lo veo ahí, había repetido el año y ahora estaba en mi curso. No sabía que hacer.
No fue muy difícil hacerme amigo de él, en mi curso la proporción de hombres era de 10 en un curso de 40. No se como decirlo, en un principio no era difícil controlarme, pero al pasar el tiempo me fui haciendo más amigo de él, quien tenía problemas con algunas materias, y como a mi me iba bien, lo ayudaba siempre que podía.
Esos años fueron difíciles, en general yo no soy de un físico muy bendecido, debido a mi problema de salud y mi creciente aversión a los deportes, en un principio era un poquito gordito, y después al crecer, quede muy flaco, al salir del colegio solo pesaba 60 kilos, y era puro hueso. Todo esto me hacía blanco perfecto para las bromas típicas que se dan dentro del colegio, era un blanco fácil que no se podía defender.
Al parecer me desvío un poco del tema, lo que pasó después es que … nada, tenía terror que alguien se diera cuenta de lo que sentía, y eso me fue aislando cada vez más, idiota de mi, solo miraba. Fue un tiempo muy duro, pero me ayudo a valerme solo, aprendí a defenderme solo, quizás no tenia los “medios” físicos para lograr amedrentar a mis compañeros y así me dejaran tranquilo, pero si aprendí a golpear donde más duele a esa edad, podía ser bastante cruel con mis bromas, algo que me quedó hasta estos días y trato de controlar. También me surgían muchas preguntas sobre lo que me pasaba, lo que sentía, lo que podía pasar, fui muy amigo de los libros y revistas, buscando información sobre la homosexualidad, a que se debía, si era “curable”, que tonto, también mucha información sobre sexo y los cuidados que se debían tener, cosa que era muy útil. Pero al final de cuentas esto me separó más de mis padres, casi no hablaba mucho con ellos, salvo las típicas preguntas de “como te fue en la prueba de matemáticas???”, o “que quieres para tu cumpleaños???”, cosas así.
Otra cosa que marcó mucho mi vida en esos años eran las interminables discusiones de mis padres, en los primeros años de discusiones que recuerdo, tengo la imagen de estar en la pieza, junto a mi hermana, que es un año menos, solos en la pieza, ella llorando y yo la abrazaba, con el tiempo mi hermana ya no estaba en la casa al momento de las peleas, y yo no sentía muchas ganas de salir, después de un tiempo uno se puede acostumbrar a eso, y como yo no tenía tantos amigos … Después mi mamá comenzó a trabajar, yo quedaba solo en casa con mi abuela, a quien quería mucho y en las noches el ambiente de la casa cambiaba mucho al llegar mis padres y sus peleas. Al final, después de las peleas, usualmente me quedaba consolando a mi mamá, en ese tiempo yo tenía una imagen de mi padre muy mala, creo que una vez hasta le dije que lo odiaba, ahora mi relación con él esta bastante mejorada, lo mismo que la relación entre mis padres. En esos tiempos a veces pensaba que las personas debían pedir permiso y ver si eran capaces de tener una familia. Este era mi otro gran dolor en esos años, tengo muy malos recuerdos de esas peleas, así como del estado de mi madre, ella se hizo dependiente de distintas pastillas, al principio no sabía que eran, pero el nombre “diazepam” después lo conocía muy bien. Recuerdo una vez cuando estaba aún pequeño, frente a toda la clase, en una de esas oraciones donde se piden cosas a Dios, haber pedido que ayudara a mi mamá para que no tomara tantas pastillas, después eso me parecía algo vergonzoso, pero ahora me da pena recordar esas cosas. También ocurría en todas las fiestas que se hacían en la casa, que mi mamá tomara más de la cuenta y todo terminara con una gran pelea, sino con mi para, con alguno de mis tíos invitados a la fiesta, es quizás por esto que no me agradan mucho las fiestas ni el alcohol.
Bueno, así pasaron mis años, tratando de comprender lo que pasaba, porque cada cierto tiempo pensaba en la posibilidad de dejar de ser “raro”, era algo que a veces deseaba, quizás lo que quería era algo de “normalidad”, recuerdo también haber llorado mucho antes de dormir porque no encontraba salida a todo lo que pasaba por mi cabeza, también escuche que la homosexualidad puede ser una etapa por la que pasan los jóvenes de esa edad, … a esa edad uno lo cree todo, no???
Con los años ya mi amistad con él (supongo que saben de quien hablo) era muy cercana, lo ayudaba mucho, en todo lo que podía, en trabajos y tareas, en la pruebas, ayudándolo a estudiar y después soplándole durante la prueba. Si hasta iba a su casa, debido a que yo vivía aun con mi abuela, y me daba vergüenza, para estudiar. El problema es que yo regresaba muy tarde a mi casa, como a las 1:00AM, y para volver caminaba por las calles más peligrosas de mi barrio, calles de muy mala fama. Mi mamá siempre me retaba, pero ni siquiera pasaba por mi cabeza la idea de no ayudarlo, era muy tonto.
Todo siguió así, luego comenzaron las fiestas, los pololeos, las “amigas”, y yo me estaba viendo cada vez más raro dentro de mi curso, se estaba haciendo “evidente”, y no sabía que hacer. Uno es muy tonto a esa edad, además de muy egoísta. En ese tiempo había una chica en mi curso, de la que yo era muy amigo. La amistad fue avanzando, y a mi ya me tenía medio incomodo, pero al final dije… “por que no???”, yo ya estaba en la media, y creo que fue a la salida de clases según recuerdo, hable con ella y nos pusimos a pololear, en un principio no me sentía mal, claro que me incomodaba mucho que fuera a mi casa, así que casi siempre la visitaba yo. No puedo negar que era agradable estar con ella, hasta me hice amigo de su hermano menor, lo ayudaba con sus trabajos. Conocí a sus padres, y la situación de su familia también era problemática, así que ya sabía como moverme en esas aguas peligrosas. El problema fue que con el tiempo me di cuenta que comencé a quererla, y ella a mí, pero el cariño que yo sentía era solo eso, no sentía lo mismo que ella. Me acuerdo que una tarde en su casa, estábamos en su cama, tomados de las manos, y se me salio un “te quiero”, y era de verdad, pero era un “te quiero” que le diría a mi hermana, no se si me entienden. Después de eso pensé mucho en lo que estaba haciendo, francamente ella no se merecía eso, así que mi pololeo duró algo mas de un verano, antes de comenzar el último año termine con ella. Se que le hice daño, pero sentía que era peor lo que le hacía, no se si estoy equivocado.
Después durante ese año ella se estaba acercando otra vez, y no se si me equivoque al interpretar sus “movimientos”, lo que es lo más probable ahora que lo pienso, hable con ella y le dije que no podíamos volver, Dios… a esa edad uno es muy ególatra. Después de eso mi amistad con ella termino, poco a poco. Soy un idiota.
Durante ese último año también comenzaron las fiestas, o mejor dicho, reuniones entre un grupo de amigo, muy cercanos, en casa de uno del grupo. Eran muy entretenidas, aunque no hacíamos más que conversar, fue un tiempo muy bueno. Nos juntábamos y conversábamos toda la noche. Fue en una de esas fiestas, según recuerdo, donde debido al cansancio a unas copitas caí a la cama muy temprano, ese día nos íbamos a quedar como siempre toda la noche. Durante esa noche despierto y a mi lado estaba él (no necesito explicar mejor a quien me refiero), y no pude resistirme, en ese momento lo abrace, yo estaba muy loco, quizás aun bajo el efecto de algo, pero lo recuerdo bien, pase un buen rato abrazándolo, hasta que se me ocurrió la idea de darle un beso, que cursi, pero este intento casi lo despierta, me quede helado, afortunadamente no paso nada, pero después de esto, me di vuelta y me dormí, a la mañana siguiente yo estaba, como decirlo… raro, más de lo habitual, no se que me pasaba. Nos levantamos ese día domingo, salimos rápido de la casa, cada cual esperando llegar pronto a destino para sacarse la diversión de encima, y fue ahí que, en la micro de vuelta, íbamos casi todos juntos, él iba con su polola, juntos y besándose, y yo solo miraba, y me di cuenta de que estaba solo perdiendo el tiempo. Me sentí fatal, un tonto, no había nada, nada, puf… ese día es de lo poco que recuerdo, mejor dicho esa imagen de ellos sentados juntos. Después de eso solo pude pensar en abandonar las ideas que calificaba de “románticas”, y buscar algo que quisiera, fue ahí cuando comencé a buscar algo por lo que valiera la pena luchar, y comerse toda esta soledad que había soportado hasta entonces, algo que me faltara.
Después de mucho pensar, lo único que podía tener sentido era lograr una familia, una como la que no había tenido, y aunque yo quería mucho a mi mamá y que con mi papá mis relaciones estaban mejorando, sabía que mi vida no había sido de las mejores. Así que me dije, eso quiero, una familia, una de esas que todos quieren, una donde exista tranquilidad, y sobre todo, tener hijos para quererlos y cuidarlos, quizás evitar que se sintieran solos, uno busca no repetir los errores de los padres.
Otro hecho que me marco mucho fue que, no me acuerdo si fue en tercero o cuarto medio, mis amigos me dieron una sorpresa y me fueron a visitar en mi cumpleaños. Yo nunca les avisaba, porque en mi colegio, estar de cumpleaños era casi una sentencia de muerte, con todas las pruebas, camoteras, y demás, que te dejaban adolorido por una semana, además estaba el hecho que después de mucho tiempo ocultando lo que era la vida en mi familia, no quería que nadie de mi colegio conociera mi otra faceta, mi otra cara.
Cuando los vi en la puerta de mi casa, para mi fue como el choque de un tren, no sabía que hacer, como comportarme, fue algo bastante bochornoso, pero… lo considero uno de los mejores regalos que me han dado, desde ese entonces he tratado de actuar siempre igual, tratar de no complicarme la vida con cosas tan idiotas como “los demás”, si bien suena raro eso viniendo de alguien quien lo había contado lo que realmente sentía a nadie, lo que nació desde ese momento fue tratar de ver que es lo que quería y actuar en consecuencia. No se si soy claro, me cuesta un poco describir esto, lo que buscaba era dejar de “actuar” para la gente, tratar de agradar. Si bien soy un tipo para nada agresivo, es porque así me siento bien, busco hacer lo que quiero. Me di cuenta que esto puede ser bastante difícil, sobre todo porque debes saber que quieres. Pero es algo que ahora trato de seguir y me ha ayudado a no perderme cuando las cosas se han puesto negras.
Bueno, se acerca el final de esta etapa, es uno de los días donde he llorado más, donde ocurrieron muchas cosas, fue en el día de mi graduación del colegio, hacía años que no lloraba por alguien que no fuera por mi, que no lloraba por perder a alguien, pero ese día, cuando salimos del gimnasio, donde fue la ceremonia, no podía parar de llorar, en ese momento perdía a mis amigos, con los que aprendí muchas cosas, perdía el colegio que tenía muchos recuerdos, y lo principal, lo perdía a él, que a pesar de tener la cabeza llena de la idea de encontrar la forma de lograr una familia, siempre estaba él. Ese día llore como hace tiempo no lo hacía, veía por delante las oportunidades que venían, iba a estudiar una buena carrera en una buena universidad, tenía lo que los otros querían, pero lloraba como un niño.
Después de esto no lo vi más, hicimos la famosa gira de estudios, a la que él no fue, ni tampoco fue a las reuniones que hicimos después, solo lo vi una vez más, en una reunión de ex-alumnos que hizo el colegio, estaba igual, un poco más gordo, pero a mi no me importaba, ahí supe que se había casado, no con la polola que había tenido durante todos los años de colegio, con una mujer mayor. Ya tenía la idea de tener hijos pronto y había logrado terminar la carrera de construcción civil, me sentí contento, sentía que yo había ayudado un poco en eso. Él estaba allí, aún lo quería, quedamos de juntarnos todos el fin de semana siguiente, todos suspendieron la reunión después, ahora solo me veo a veces con uno de los del grupo, que aun es mi amigo pero lo veo a lo lejos.
Parece que esta vez me excedí con las letras, es que es una etapa que como a todos marco muchas de las cosas que me han pasado ahora.    

2 comentarios:

Ya no me enganas, descubri tu blog dijo...

A medida que leo más blogs, menos original me siento. Uno más del montón nada más. Sólo me queda pensar que no es cualquier montón... jajajaja Si le vamos a dar un nombre, sería el montón de los Simuladores...

En cuanto a la lectura, por mi parte puedo decir que incluso en eso fui perseguido. No leí nunca nada que tuviera la más mínima relación con la homosexualidad; salvo las imágenes que comencé a bajar de Internet desde mediados de los '90...

Lo del saludo sorpresa para mi cumpleaños en la media, también me ocurrió, sólo que no supe manejar bien la situación, el hielo no se rompió, fue incómodo. Lo lamento mucho, porque valoré su gesto, sólo que no estaba en condiciones de manejar una situación así en ese momento.

Eso de dejar de actuar no lo pensé sino hasta hace pocos meses, y tampoco es que haya dejado de actuar, sino que todo el tiempo anterior pensaba sólo en cómo pasar desapercibido. Nunca dejé de sentirme perseguido en ese sentido. El escapar y pasar desapercibido fueron mi única preocupación por muchos, muchos años (hasta el año pasado, de hecho, y soy de tu misma generación).

saludos

Montag dijo...

que puedo decir...
somos varios
similares,

saludos,

F.