jueves, enero 24, 2008

Luna

Un día largo, muy largo. Me siento muy cansado y creo que me agarré uno de esos refrío de antología.

Las cosas… no lo se, creo que no están tranquilas. Me siento incomodo y con pocos deseos de hacer cosas, me siento fuera de lugar, un poco lo que me pasaba antes. Creo que estoy volviendo a la rutina, y eso no me gusta.

Me siento aburrido y cansado, pienso en todo lo que me molestan mis amigos por todo lo que demoré en terminar mi carrera, aunque debo aclarar que son bromas en buena, pero realmente me sorprende que no se den cuenta que no fue tan así, que aunque estaba fuera de la U, no lo estaba pasando bien.

Cuando veo esto, veo como todos piensan y ven las cosas de una manera tan… cómoda, no lo entiendo. Me siento solo y con pocas ganas de dejar de estarlo. Cada vez veo que los días son como los imaginaba, todos iguales, todos rápidos, todos inútiles.

Si bien todos los días los siento así, hoy fue especial, me sentí más solo, con más ganas de mandar todo a la cresta, más ganas de no estar ahí. Y bueno, para quien ha leído esto antes, ya saben lo que pasó después, hoy es 24 de enero, y no puedo decir más que la extraño mucho.

Hace 7 años que la perdí, una de las pocas personas que podían romper esto que siento, y una de esas pocas personas por las que soy capaz de hacer lo que sea para que este bien, lo que sea.

Mi abuela nació un 24 de enero, uno de esos días donde me sentía feliz, donde veía a mi familia, donde la rutina se moría. Todos estos años, todos y cada uno, me pasa algo raro los 24, no me doy cuenta que es 24, si ni siquiera me acuerdo que es enero, pero ese día es distinto, y cuando llega la noche, y en la cocina veo el típico calendario, veo ese 24 marcando el día.

La extraño mucho, realmente la extraño mucho. Era de esas personas con las que el silencio no es incomodo, me bastaba estar con ella para sentirme bien.

Yo a ella la bauticé cuando niño, y después de eso nadie mas pudo llamarla de otra forma, o le decían mamá (obviamente sus hijos), o los nietos le decíamos “Mamita Luna”, igual es algo bochornoso que un amigo te escuche llamar a alguien así, pero realmente no podía hacer otra cosa, ella no tenía otro nombre, me sentía mas raro diciéndole abuela.

El momento cuando la bauticé fue una noche de luna llena, que brillaba como no se imaginan, estábamos los dos solos, con las luces apagadas, y juro por mi madre que vi su cara en la luna, y le di su nombre. Esto pasó cuando tendría 4 o 5 años, es una de las pocas cosas que recuerdo, y es de las que más cuido.

Te extraño mucho mamita, eres lo que me falta ahora, y eres la que me enseño a soportar y superar el no tenerlo. Estos días pasarán, quizás encuentre otras cosas, quizás me vaya bien, o quizás mal, pero llegado el 24 de enero estarás aquí ayudándome a recordar que te quiero, y que no puedo estar solo, siempre tengo a la Luna.

martes, enero 08, 2008

Del trabajo a la casa, de la casa al trabajo

Es un hecho, día tras día me siento cada vez más fuera de lugar. Lo del trabajo, no esta funcionando, y a pesar que probablemente termine aprendiendo lo que hacen en la oficina y de que se trata el juego, no se si quiero llegar a eso.

Me he hecho muy buen amigo de este chico que está trabajando en la oficina, que aún no termina la universidad. Y bueno, no me sobran los amigos, así que en las últimas conversaciones le he contado esto que siento, que no estoy cómodo, que me siento fuera de lugar, que me gustaría salir de ahí, pero… siempre hay un pero, necesito la plata (la necesidad tiene cara de hereje), no puedo dejar a mi amigo con sus ideas de mejorar la empresa, de crecer y tener más $$, de sus deseos que trabajemos juntos, ya que somos muy buenos amigos.

Estoy en una situación compleja, por el momento no puedo dejar el trabajo, y cuando lo pueda hacer, no se si dejaré a mi amigo botado con sus ideas. Algo que me gustaría hacer es conseguir unos buenos proyectos, dejar algo bueno para seguir creciendo, y si lo hago… lo más probable es que deje la empresa. Se que suena tonto, pero me he dado cuenta que esa máxima de jamás trabajar ni con amigos ni con familia es muy cierta.

Esto me ha mostrado un punto importante, realmente no me interesa mucho el tener $$ y ser “exitoso”, suena algo más que tonto, romántico e ingenuo, pero es lo que me pasa. Me basta con tener el suficiente dinero para no pasar aprietos, pero conseguido eso… no se si quiera más.

Aunque hay algo que no puedo negar, esto de no pasar aprietos es difícil, cuando tienes a tanta gente que quieres ayudar, y las cosas no están muy bien. Acá en casa, las cosas siguen igual, no se que pasaría si pierdo el trabajo, y en el trabajo está igual, no se como aguanto estar allá.

El momento más grato es el almuerzo, y es realmente grato, conversamos de todo, me llevo muy bien con cada una de las personas de la oficina, no he tenido problemas, salvo con uno.

Bueno, debo explicar el porque de esta relación tan tensa. Yo llegué, soy el mejor amigo del dueño de la empresa, y como mejor amigo el tiene pensado ponerme alto en la oficina. Hay una persona que está trabajando ahí desde hace tiempo, ha aprendido mucho y es la mano derecha de mi amigo, está pensando en hacer algunos cursos para tener algo que colgar de la pared, es resumidas cuentas, alguien a quien le ha costado mucho lo que tiene.

Segundo acto, yo no tengo intenciones de tener ningún puesto de importancia en la empresa, mientras gane el dinero suficiente y pueda ayudar a mi amigo en lo que necesite, yo estoy bien. Esta persona se enoja por la importancia que me está dando mi amigo, que a pesar de no saber casi nada de lo que hacen en la empresa, que es administrar redes de computadores y cosas así, me ha puesto a cargo de algunas cuentas, las que no he llevado bien y que poco a poco he ido mejorando. Ya he notado algunas risitas a mis espaldas y caras de molestias cuando, o me junto con mi amigo a hablar, o cuando se me va el tiempo atendiendo a uno de los clientes que si tiene problemas en las cosas que me muevo, que es arreglar una aplicación miserablemente mal hecha, y que me ha quebrado la cabeza por más de tres meses.

Tercer acto, ya se está terminando este suplicio de arreglar el programa, y aunque lo más probable es que deba seguir con esta asquerosidad, me voy a tener que meter de lleno en buscar más clientes y aprender más de lo que se hace en la empresa, que creo no me costará tanto, es cosa de meter las manos. El problema es que esta persona también deberá hacer lo mismo, lo que lleva al inevitable escenario de la competencia.

Como se llama la película, crónica de un dolor de cabeza anunciado. Estoy viendo que la cosa no va a ser agradable.

Lo más probable es que no me entiendan muy bien, pero soy alguien que no necesita mucho y quien está muy grato en un ambiente donde se puede ayudar sin problemas, y donde te ayuden si lo necesitas. No creo mucho en las jerarquías, aunque se muy bien que en organizaciones grande, no hay otra salida, pero aquí no llegamos a 15.

Mi amigo está en el norte ahora, viendo un trabajo para uno de los clientes, a mi me van a tocar pronto viajes de ese estilo, visitando a clientes y arreglando tratos, quizás me toque ir a Perú, y quizás a que otra parte me tenga destinada la suerte como destino.

Pero… no me gusta, mejor dicho, no me quita el sueño, no es algo que me emocione, no es algo que me importe mucho, no es algo que necesito.

Dios… que bien me he sentido cuando he estado allí solamente trabajando, en grupo y con amigos, en un lugar donde la tranquilidad y un ambiente grato se respira, donde no hay líos ni comienzos de úlceras.

Soy alguien que está fuera de lo que se supone que debo ser. Ya me dijo un conocido, de la U, a quien ayudé en un proyecto que tiene y quien conoce mi nick (steppenwolf), “se te nota que me gusta el libro, te pareces a él”.

Hay cosas que se pueden cambiar, y otras que hay que aguantar, no queda otra. Espero que esto no dure mucho, poder cumplir con las cosas que quiero, y si tengo suerte, ya no sentirme tan lejos de todo esto. Quizás cambie y me acostumbre, no se que tan malo pueda ser, aunque es difícil, yo ya cambie y no me interesa mucho lo que eso me puede ofrecer.