jueves, diciembre 27, 2007

Punto de Inflexión

Mucho tiempo y muchas cosas. Una novedad buena… ya soy un ingeniero titulado de la Chile, por fin se terminó, se acabó, un problema menos, y era un problema grande.

No puedo negar que se siente raro, es algo que comió tanto tiempo y dio tantos dolores de cabeza, que es difícil saber que hacer ahora que no está. Es raro, ahora que no esta, algo raro pasa, y no es que lo extrañe mucho, solo que siento que falta algo, es como la piedra en el zapato, molesta aunque no esté. Pero bueno, es cosa de acostumbrarse, al final de cuentas, era algo que tenía que hacer.

Pasé una navidad babosa, con mi sobrina regalada por todos, no se podía hacer mucho más, la falta de dinero se hace notoria en estas fechas, menos mal que solo hay un niño. Pero que les puedo decir… es increíble ver a un niño sonreír en navidad, con los regalos, con las sonrisas y las luces del árbol. No puedo negarlo, esa niña me tiene agarrado del corazón.

Mirarla me duele un poco, bueno… me duele mucho. Es un hecho cada vez más claro, quiero un hijo, no hay vuelta que darle. Aunque a esta niña la voy a querer siempre, no es mi hija, y nunca lo va a ser, siempre estaré ahí para ella, pero ella no estará ahí para mí, no soy yo quien decido, no estoy ahí. Esto y la pena que me traen las fiestas por mi abuela lo hizo algo doloroso, pero valió la pena por esa sonrisa.

El resto de los días, trabajo y algo más de trabajo. No ha sido difícil, ambiente muy bueno, he hecho nuevos amigos, y estoy con mis amigos de siempre. He aprendido nuevas cosas y me he enfrentado a situaciones que jamás había imaginado. Quizás lo único problemático ha sido lo que tenía presupuestado mi amigo, creo que no cumplí con las expectativas, y eso me deja algo bajoneado. Con otra persona no me hubiese importado, pero es mi mejor amigo y no me gusta ser motivo de problemas para él.

Los días se han hecho largos y repetitivos, presentaciones a propuestas, que no han salido bien. El cacho de tener que ver los líos que tiene una de las empresas que vemos, y que como soy el único que entiende de ingeniería de software, me tocó el cachito a mí. Además el hecho que he tenido que hacerme cargo de algunos de los clientes de la empresa, cosa que no me gusta, aún no, no me gusta enfrentarme a situaciones que no conozco, sobre todo cuando son importantes.

Al final de cuentas, a pesar que no ha sido malo, no se si es lo que quiero. Dejar a mi amigo es algo que no quiero hacer, pero no se si le hago bien o le hago mal. He pensado en buscar otro trabajo en cuento podamos tomar una empresa grande y quede con un buen futuro.

Estas dudas son las que me molestan, quizás no son tanto problema debido al trabajo. Me he pillado mirando en la calle a las personas y no entender lo que hacer y por que lo hacen, veo acá en casa y no entiendo porque tienen esos problemas o el porque sonríen. Creo que estoy cada vez más lejos.

Miro a las personas y me siento lejos. En el post anterior hablé del “juego” y de cómo me está aburriendo. Creo que es algo muy cierto, cada día el juego es más aburrido, y quiero otras cosas, pero por el momento es necesario seguir. Cada día es un poco más difícil que el anterior.

Hace algún tiempo me dieron el consejo de ver a un profesional, no por tener los problemas típicos, sino por tener estos pensamientos, que necesito comunicárselos a alguien. No es que este blog no he haya ayudado, pero necesito más.

Queda poco sentido a todo lo que me rodea, quizás sean estas fechas de recuerdos, quizás estoy en mis días, lo que es cierto que la ayuda la tengo que buscar en cuanto pueda.

Creo que estoy cada vez más cerca del lobo estepario, solo por querer estar solo, pero con un gran dolor por estar solo. Una locura, eso lo se, pero es lo que hay.

Quizás algo que me da un poco de esperanzas es un amigo que me he hecho en el trabajo, es estudiante aún de la escuela, le falta poco por salir, siempre trabaja los veranos en la empresa y durante el año visita la oficina. Hablamos mucho, de todo un poco, me pregunta mucho y lo aconsejo lo mejor que puedo. Es alguien que tiene un poco eso que me falta, no hacer muchas preguntas y pasarlo chancho, aunque las cosas que le he dicho lo han ayudado bastante.

Creo que lo siento un poco como ese hermano tan distinto que perdí cuando niño, y un poco como un hijo (aunque se que es muy viejo para eso) que me pregunta cuando necesita ayuda.

En fin, lo que pasa es que estoy entre dos periodos, estoy en el “punto de inflexión”, estoy con problemas para pasarlo, y aún no he decidido nada. Bueno, quizás decir nada es exagerado, pero aún no he podido hacer lo que quiero.

¡Dios mío!, que pase esto pronto.