Es increíble como pasan los días y como uno los olvida, una semana corrida, donde finalmente se presento el bendito proyecto, y como todo buen proyecto… solicitudes de última hora, y desveladas horribles.
Ahora ya estoy fuera de los proyectos que me tenían amarrado, me aleje un poco de la memoria, pero lo bueno es que todo lo que hice en estos proyectos lo puedo utilizar en mi memoria, por lo que ya tengo mucho que escribir y muchas ideas para desarrollar, además de saber ya como hacerlas, así que estoy relativamente tranquilo, y lo digo así porque ya aprendí que nada es seguro y que hay que esperar lo inesperado, siempre tener la espalda cubierta y nunca suponer “lo mejor”.
Y bueno… junto con la disponibilidad de tiempo viene la disponibilidad de pensar en mil y una locuras y de relajar esta cabeza que estas últimas semanas casi revienta en discusiones con tipos que no sabían que querían y que solo te dicen… “pero eso no es lo que quiero”, me encuentro con el tiempo de retomar mis pasos, me he alejado mucho de todos, si ni siquiera me acuerdo cuando salí de casa por última vez (eso es otra cosa que aprendí, no trabajar en casa, no se sale de la “oficina” nunca), solo he salido por compromisos familiares y reuniones de trabajo.
Ya ayer me sentí bien al apagar la luz de la lámpara de mi velador, costó un poco lograr dormir, pero después de algunos días trabajando hasta las 3 AM y algunos pasando de largo hasta el otro día, no es raro que mi “ritmo” de sueño no sea el mejor. Al estar ahí, en la oscuridad de mi pieza, todo en silencio, y con mi cabeza más tranquila, me sentí relajado, bien. Veo como he cambiado en estos días, como después de tanto tiempo he logrado volver a un estado parecido a como era antes, y a pesar de todos los problemas que trajo el trabajo no puedo negar que disfrute el modelar, diseñar y programar, como me pasaba antes. La idea de crear algo es lo que quizás más me atrajo de esta carrera, si uno lo piensa, los límites siempre llegan más allá, y siempre se puede encontrar algo nuevo.
Ahora con más tiempo, pero no con tanto, si después de todo aún tengo encima mi memoria, puedo sentir esta libertad de poder elegir sin dar explicaciones. Pero se bien que esto es solo un decir, que al final de cuentas siempre hay algo o alguien allí, tras tu espalda, necesitando un poco de… lo que sea, pero lo necesita.
Acá en casa las cosas ya están más tranquilas, mi papá ha cambiado mucho, está más amable y se puede conversar con él sin mayores problemas, es una cara que no le conocía, es un poco lo que me pasó cuando pasamos esa semana en cama, cuando estábamos en casa de mi abuela, pasando ya no me acuerdo que enfermedad y conversando de todo. Ahora me trata como un amigo, la relación no es de padre-hijo, aunque jamás pensé poder llevar otro tipo de relación con él.
En cuanto a mi cabeza loca, aún las cosas están movidas, como siempre con muchas preguntas, por lo que me asusta un poco conversar y decir lo que no quiero decir, quizás me estoy acercando a la veta que esta en mi personalidad por parte materna, y tener una boca un poco… traviesa, por decirlo de una forma suave y que no atemorice.
Con más tranquilidad espero tener más tiempo para escribir y preocuparme de algunos asuntos personales que he evitado y me importan mucho.
