jueves, noviembre 29, 2007

Se cierra otra puerta

Se cierra otra puerta, después de mucho tiempo y muchos líos, ya tengo fecha para mi examen de grado, ya me toca, ya termina. Es increíble como se siente esto.

Lo hice, me metí en la página, mande un mail a cada uno de los profesores, tuve buena suerte y todos tenían tiempo el mismo día y a la misma hora, y bueno… sin pensarlo mucho, tome la hora. No quise pensar mucho, que si lo hago me muelo los sesos con tonteras.

Me queda muy poco tiempo, ya no habrán motivos para pensar en la U, ya no habrán motivos para recordar esos días donde lo pasé mal, y lo pasé bien. Se termina y no puedo negar que se siente raro.

Y ahora como diablos serán las cosas. No lo había contado, pero no puedo negarlo, he visto a estas personas que leen las cartas y cosas así, no han sido muchas pero las he visto. Todas me han dicho que voy a tener una buena vida, que no voy a tener problemas y que me espera buena suerte para las cosas que van a pasar en mi vida, todo esto a partir de un momento clave, el momento en el que logre superar eso que me detiene, que me ata a lo que ha pasado.

Siempre pensé que esto se trataba del asunto del closet, que ya he dicho lo encuentro tonto, pero parece que esa puerta la cierro en el examen.

Es probable que salgan unos trabajos muy buenos, mucha plata, tiempos mucho más tranquilos, y ojala que no aburridos. Ahora llega el tiempo de buscar, de encontrar y de dar sentido a todo. Ya en el post anterior hablé de mi cumpleaños y de las ideas que muelen sesos. Y ahora sin esto… hay más espacio para hacer otras cosas, pero ahora si que debo decidir que.

Parece que ahora se cierra este capítulo, un capítulo como los que mencioné en los primeros posts de este blog, si comenzara a escribir este blog ahora, sería otro de esos posts.

No puedo negarlo, algo de miedo tengo.

domingo, noviembre 11, 2007

Cumpleaños

No me he dado cuenta como ha pasado el tiempo, el primer post… como si hubiese sido ayer. Llevo mucho tiempo en esto del blog, más del que pensé en un comienzo.

Y aquí estoy, una vez más recordando que un día como hoy llegue al mundo, en un hospital sin ninguna comodidad, hoy escucharé a mi mamá relatando nuestra historia, como casi no sobrevive al parto, como pasé por condiciones que no debí pasar, sin ropa, porque mi abuela no quiso llevarla, no pensó que ese día era el día. Si esa mañana hasta tembló, yo nací cerca de la 8:30AM y tembló a las 11:30AM. Las cuatro veces que detuvieron la ambulancia, era toque de queda.

Todo esto recuerda y me cuenta mi mamá todos los años, y yo… escucho. Para ella es un día especial, fue un cambio grande. Para mi… no lo se, es algo raro, un poco de tristeza y un poco de alegría.

Este año no hay mucho dinero, así que las cosas serán tranquilas, cosa que agradezco, no soy mucho de celebraciones, me basta una once con mi familia para conversar y reírnos un rato, aunque ese rato para mi no dura mucho, después me dan ganas de estar solo.

La tristeza… cuando llega ese momento, cuando estoy solo, cuando mi sesera comienza a trabajar y recordar. Como suponen, recuerdo mucho a mi abuela, pienso en mi primo, pienso en mil y una cosas que me han pasado, debe ser que el cambio en ese número que nos recuerda cuanto hemos vivido me trae a la cabeza muchas cosas.

Pero este año hay algo especial, después de mucho tiempo, siento que estoy cada vez más cerca de lo que era antes, si bien mis problemas de memoria están ahí, pienso más claro y me doy cuenta de las cosas, estoy con más ideas en el trabajo, miro las cosas de otra forma, casi como si quisiera algo.

Pero hay algo además de mis problemas de memoria que no es igual a como era antes. Sigo sin entender como todo lo que veo tiene algún sentido. Veo las calles con personas que se ven cansadas y solas, veo como solo piensan en comprar o tener para llenar ese espacio. Me gustaría poder ser así, pero no puedo. Mi amigo me habla de lo que podemos hacer, como en la empresa, si sale algún trabajo grande podremos ganar más dinero, como podremos vivir “mejor”, y yo… solo escucho y escucho, sin prestar mucha atención. Eso no me basta, este año he tratado de meterme en el juego pero no puedo. Se que eso no me basta porque no me importa en lo más mínimo lo que pueda tener, lo que pueda comprar.

Acá en casa las cosas están cada vez más complicadas, no hay mucho dinero y bueno… que puedo decir, ayudo con todo lo que puedo, y en verdad no me importa, aunque creo que esto no es tan verdad, creo que el poder ayudar es el único motivo por el cual estoy esforzándome por no mandar todo al diablo.

Otro año más, ya son 33 y no me di cuenta como llegué acá. Revisando papeles viejos en mi desorden que llamo pieza, encontré un certificado médico, de cuando me enfermé, el certificado con el que eliminé ese semestre, el semestre de otoño de 1997. Leí como el doctor explicaba lo que me había pasado, como estaba aún afectado por lo que me pasó, y como no podía rendir en forma normal.

En uno de los párrafos decía “22 años”. Dios, tenía 22 años y siento que no ha pasado mucho tiempo. Hoy cumplo 33, 33 años!!!, y no sentí estos últimos 11 años. Hoy que veo las cosas me doy cuenta todo lo que he perdido. Ya no tengo 20 y algo, ya no tengo tiempo, ya no puedo probar. Estoy en el momento en el que las decisiones ya están tomadas, donde ya no hay tiempo de juegos, pero yo quiero jugar.

Como ya lo dije, se bien lo que soy y no tengo problemas con eso, realmente no tengo más líos con mi homosexualidad, es algo más de todo lo que soy yo, y no es algo muy importante. Pero es el momento de tomar decisiones, de ver cuanto quiero hacer y seguir, ya no puedo demorar más.

Hoy tengo 33 años, y no tengo mucho, por no decir nada. Si lo evaluáramos por cuanto he avanzado y por como me siento, aún tengo 22 años. Es cierto que tengo muy claras algunas cosas, que muchos me han dicho “que bonito hablas”, o “qué maduro eres”, o “me gustaría pensar como tú” y cosas por el estilo. Y a mi me encantaría no tener todo esto, no haber “aprendido tanto”, aunque debo admitir que no siento haber aprendido mucho, solo a cuestionarme las cosas, y a no acostarme sin sueño, que si lo hago de tanto pensar no puedo dormir.

He pasado mucho y he vivido cosas que me han hecho tomar decisiones, no se si acertadas o no, pero al menos aprendí a superar esos temores que congelan. Casi no tengo problemas con las cosas que debo hacer, las siento como un juego, como algo sin mucha importancia. Pero eso es lo que precisamente lo hace difícil, al ser un juego, no tiene mucho sentido seguir jugando cuando ya te está aburriendo.

Hoy siento que a pesar de todo lo que ha pasado, como a Harry Haller, a pesar de todo, el lobo estepario sigue ahí.

Creo que debo acostumbrarme a que las cosas ahora serán así, que bueno o malo, estoy algo fuera de lugar. Quizás esto me ayude a ver otras cosas, o a no sufrir con los problemas comunes, pero me va a costar encontrar eso que me gustaría encontrar, que no lo tengo muy claro.

Esto no parece un post que recuerde mi cumpleaños, es más un post de la noche de mi cumpleaños, cuando aún no llegan los saludos, cuando aún no hay visitas ni torta, cuando aún las cosas que ayudan a no pensar en esto no llegan, en fin… cuando aún no llegan los analgésicos.