lunes, octubre 01, 2007

Chato

Día complicado el de hoy, y quizás muy instructivo. Un día de trabajo que me dejó chato, que probablemente me deje algunos días molesto con mi amigo, y con los ojos que ven mejor las cosas, y me doy cuenta que me siento cada vez más como pez fuera del agua.

La gente es muy extraña, no la entiendo muy bien. He tratado de entender y conocer a las personas, como ya lo suponen, siempre observando lo que hacen más que lo que dicen.

Los que manejan la empresa son tres personas, todos amigos míos, unos más que otros, y bueno… las cosas han ido cambiando. Cuando llegué, francamente no me sentía mal, el ambiente era muy bueno, todo bien, tranquilo y grato, como mi doctor me recomendó. Yo… muy nervioso, sin seguridad de lo que sabía o lo que podía hacer, con poca fe en mis capacidades, y con la clara verdad que no sabía mucho de lo que los demás hablaban.

Y bueno, los días fueron pasando y pasando. Llegó a trabajar otra persona, un chico que aún esta en la U, que le falta por salir, pero que ya está trabajando. Estamos en la misma pieza/oficina/sala de reuniones/comedor (si, suena extremo, pero es así, es por esto que nos cambiamos este mes) y se ha dado una buena amistad, conversamos mucho de todo un poco, muy entretenido. Y para los mal pensados, no pasa nada por mi cabeza, aún estoy fuera de circulación, además que es muy chico.

Bueno, la situación estaba bien, hasta que… (suena bien, no?) llegó un lío con una de las empresas que ven en la oficina, se trata de mantener una aplicación que usan para manejar el negocio, que punto aparte esta muy mal hecha, pocas veces he visto algo tan malo. Lo que pasó es que, debido al respeto que tienen que otra empresa se meta a arreglar la aplicación y se quede con todo el pastel, necesitaban a alguien que se encargara, y supongo que ya adivinan quien.

Tengo pendiente también la presentación de mi examen de grado, aún no lo veo bien, y aunque ya empecé los trámites, los tengo algo congelados. Además debo seguir viendo propuestas para agarrar un proyecto, pero con mi falta de experiencia me ha sido difícil, además (si, son muchos ademases) debo encargarme de la nueva área de ingeniería de software y de la mantención de servidores (de lo que no tengo ni la menor idea), eso significa reuniones y tiempo perdido.

Como ven, la cosa se ha complicado. Me estoy cansando tratando de lidiar con todo, y ya las cosas no se ven como en un comienzo. Como ya les dije, el ambiente era bueno, pero mi cercanía con mi amigo y mi sorprendente capacidad de congeniar con todos llevó a una de estás personas a cambiar el tono de la relación, se que suena paranoico, pero veía un poco de recelo cuando me miraba, y eso me ponía nervioso, es que con él siempre me había llevado bien. Aparte de eso, comencé a conocer algunas cosas que pasaron antes, unas chanchadas bien feas que pasaron y que jamás pensé que pudieran pasar ahí. La visión que tenía de segundo socio cambio, y a pesar de ser simpático y de muy buen humor, supe que la sonrisita escondía algo.

Los días pasaron y la situación se me comenzó a ser incomoda, el tiempo se me iba, no alcanzaba a terminar lo que quería (me cuesta pasar de un tema al otro, además de que antes de hacer algo lo pienso bien y trato de hacer lo mejor que puedo), el trabajito sorpresa se veía cada vez más cerca y realmente no me agrada trabajar ahí, ya había tenido la dicha de estar con esas personas, pero no me hizo gracia. Al menos el almuerzo era un momento, que a pesar de transformar mi “oficina” en comedor y cortar de lleno toda mi capacidad creativa, era un momento para conversar y reír un poco.

Ahora las cosas están más pesadas, llegó otra “emergencia”, mi puesto en el super consejo directivo come cada vez más tiempo, con lo que me queda no alcanzó a hacer mucho, debo acompañar a mi amigo a visitar clientes, por la falta de personal y que no me cuesta tanto trabajo relacionarme con la gente (aunque si hago es negociar mal, que si no me cuido, meto las patas), han convertido mis días en algo largos y agotadores, salgo a las 8, casi a las 9 de la mañana, algo tarde, pero llego a las 9 o más tarde en la noche, quedo hecho pebre.

Hoy ya pasó algo que me molesto, como ya se los dije. Fuera de tener que visitar a viejos vinagres, arreglármelas para, por primera vez, ser jefe de un proyecto (que punto aparte, ni siquiera me preguntaron si quería serlo) y tener las benditas reuniones, era el plazo fatal para entregar los papeles que faltan para la propuesta.

Esta propuesta ha comido bastante tiempo, o más que tiempo, esfuerzo. Me ha costado, he aprendido y me encantaría que saliera, pero… con todo el tiempo en lo demás, no he podido dedicarle todo lo que quisiera. Todo esto me llevó a manejar hasta conde yo se, la presentación, es decir, hablando con la secretaria, consultando con mi amigo, viendo los papeles, investigando y escribiendo, revisando todo lo que es administrativo solito. En fin, muchas cosas a las que no les he podido dedicar el tiempo que quería.

Hoy solo me faltaban la firma de unos compromisos del los integrantes del grupo de trabajo para asegurar su participación en el proyecto, y una bendita declaración jurada por parte de los responsables de la empresa (mi amigo y el “insoportable” ingeniero industrial que es su socio). Esos papeles se los pase por la cara a mi amigo varias veces para que no los olvidara, a la secretaria le pasé las bases, le entregué los papeles a firmar y le dije las fechas, y después de hacer lo único que podía, que era tratar de terminar los otros cachos ya que mi “responsabilidad” ya había terminado, supuse que ya estaban los papeles.

Hoy fui a buscar la firma del único, hasta donde yo sabía, que no había firmado aún, que es el chico de la U. Lo comprendo, que la U no deja tiempo para mucho más, además que no presentó problemas, y yo quería salir de ahí, estaba algo chato y tenía que ver un lío que tengo con un grabador que me salió malo (como suponen, no tuve suerte y me tendré que pegar un viaje a Tabancura, que es lejos, para tener mi bueno grabador). Después de una corta y entretenida conversación, volví a la oficina. Mi amigo no estaba y vi que los papeles estaban tal cual los dejé, en blanco. Le pregunté a la secretaria donde estaba mi amigo, él había salido a comprar unas cosas para otro proyecto. Bueno… a esperar, aunque ya sabía bien que venía, más problemas.

Mi amigo llegó, algo contento por lo que había encontrado en su visita, y ya antes de llegar me había llamado para que no me fuera. Entonces… le muestro los papeles y le pregunto que si los va a firmar mañana, es de esas preguntas que sabes que la respuesta es un si, pero que la haces para recordar que tiene que hacerlo. Su mirada fue “de que papel me estas hablando”, se lo mostré y me preguntó que cuando se lo había dicho, la respuesta fue lógica… “pero si te lo he dicho muchas veces estos días”, (léase imaginando una cara de molestia) “si quieres que haga algo, debes decírselo a la secretaria, si no lo haces yo no lo haré, además que es necesario que mi socio también lo firme, y él tiene una reunión mañana temprano y no podrá hacerlo… bueno, será, se perdió la propuesta (cara de ‘es tu culpa’)”. Con eso mi sangre hervía, se que tenía las orejas rojas, tal como las tengo ahora mientras escribo esto, siguió diciéndome como debía hacer las cosas, y aunque tuviera razón (no es menos cierto que yo no sé de esto, yo estoy acostumbrado a ambientes menos rígidos y que pregunté hasta el cansancio), yo ya no escuchaba nada. Aún estaba por allí el socio “rígido”, lo llamó y le preguntó con la respuesta ya en la boca, si podía mañana ir a firmar ese bendito papel, que los dos debían firmar en la notaría, la respuesta era obvia… “difícil”, después le preguntó si yo le había comentado algo… “no” (claro que no, yo suponía que él lo había hecho, si después de todo, la propaganda que había estado vendiendo él es que nosotros somos un equipo y que trabajamos para sacar los proyectos “juntos”). Siguió con el sermón de que debía urgir más a la secretaría, que para eso estaba y que… bla bla bla.

Yo ya estaba callado, no aguantaba más estar ahí. No puedo negar que, hasta donde había visto él suele reaccionar así cuando se encuentra pillado, no esperaba algo así. Me quedé callado, no dije nada, ni siquiera escuche, ya no me importa lo que pasara. Pero un detalle, el socio “rígido” no dijo nada, dijo que podía llegar antes, aunque sería complicado por el horario de su reunión, pero la diferencia es que mostró la intención de ayudar, pese a que sabe que es muy difícil que saquemos esto.

Conclusión, al final, y a pesar que su personalidad es esa, la de una persona algo agresiva y sin muchas habilidades sociales, esta persona tiene algo distinto, se muestra tal cual es. Mi amigo de decepciono su poco, por no decir bastante que suena lapidario, la secretaría, a pesar de lo bien que nos llevamos, no ayudó mucho. De los demás ni hablo, que a parte de conversar en el almuerzo, no hacen mucho conmigo.

Al final me siento muy mal, he dormido poco, estoy cansado, aburrido y con rabia. Mañana no se que haré, tengo que cambiar mi DVD, cosa que había pospuesto para terminar mis obligaciones, que ya no me importan mucho (lo mismo que parece les importo yo). Quizás lo haga después de entregar la propuesta, cuando vena que no están los papeles y no hay posibilidades, cuando mi amigo me diga que me equivoque, que debía hacerlo así, o manejar las cosas de esta forma, cosas que entrarán por un oído y saldrán por el otro, que después que arda Troya saldré sin un rasguño, y me daré cuenta que las cosas ya no serán como antes, que los almuerzos no serán suficientes, que las conversaciones, esas que me gustan, algo metafísicas o con la necesidad de pensar, serán una perdida de tiempo. En fin, me doy cuenta que con el único que es algo interesante conversar en con el mister “rígido”, que si bien lo más probable es que jamás se le hayan ocurrido esas ideas, me escucha, trata de entender y me responde cosas que él piensa.

Que pérdida de tiempo ha sido intentar ser como ellos, por lo que visto, y aunque es algo que creo podría lograr, no sé si quiero. Creo que el día de hoy ha marcado un punto, un cambio, o mejor dicho, me di cuenta que hacía allá no está lo que busco. No se bien que haré, lo más probable, y debido a las necesidades monetarias acá en casa, me quedaré allá mientras encuentro otra cosa, algo que sea distinto, algo que me haga bien. Hoy estoy chato.

3 comentarios:

martin_martin dijo...

no hay mal q por bien no venga ni nada q lo detenga y nada se perdió ganaste en experiencia. arriba ese animo y espero q estes descansando algo en este momento un abrazo

Ya no me enganas, descubri tu blog dijo...

Bueno, señor Lobo, qué le puedo decir. Entiendo la situación. Me han tocado parecidas. Es muy desagradable y desesperante cuando uno asume que trabaja con gente profesional, y sin embargo en la práctica se muestran muy negligentes y más encima la culpa la termina teniendo uno. El consejo es simplemente que no te confíes. Hay que hinchar a la gente, sólo que de una forma muy diplomática, ahí está la clave, y te diré que no es sencillo, al menos para mí, y eso que yo me considero un tipo bastante diplomático.

Bueno, ese es el consejo. Espero que le sirva. La práctica hace al maestro. Póngale empeño no más, no se desanime. Duerma, descanse, y mañana parte de nuevo.

Saludos

Opalo dijo...

Bueno, yo tambien espero que NO te desanimes, asi pasan algunas veces las cosas, lo importante es que no pierdas de vista lo que esa experiencia te dejo como leccion.

Muchas veces es mejor NO mezclar la amistad con el trabajo ya que asi evitas pensar que "todo saldra bien" y luego decepcionarte si NO sale como lo pensabas.

Por ahora solo espero que "resistas" hasta que encuentres lo que realmente te haga sentir BIEN :)

Besos