miércoles, agosto 23, 2006

Tréboles

Estos días han sido un poco complejos, mi mamá esta con líos de salud y me ha tocado ver el asunto casa, aunque no crean que estoy con un delantal haciendo la comida, que también tengo ayuda, pero cuando uno es torpe en algo, ese algo toma mucho tiempo.

A pesar de esto, en mis momentos solo he tenido muchas ideas, pero las cosas como siempre cambian, y en mi caso eso pasa a menudo, así que… las olvide, todos los días, al llegar al teclado, se perdían esos pensamientos en algún lugar de mi cabeza (para algunos algo abultada).

Hoy fue un día algo más tranquilo, a pesar de tener que acompañar a mi mamá al traumatólogo, llegar a casa a comer, no sin antes hacer algo de aseo, y después correr para llegar al dentista. Después de la dolorosa experiencia, donde quizás uno escucha ese sonido que hiela los huesos, y con pánico mira al dentista y teme que le pregunte… “¿estás seguro?”, me encontré con mi amigo, nos juntamos en providencia y caminamos, llegamos al parque de las esculturas, hace mucho tiempo que no estaba ahí.

No sentamos en el pasto, relajados y conversamos, la verdad es que con los días pasados y las preocupaciones por todo lo de la casa y la salud de mi mamá, mi ánimo no era de los mejores, me sentía muy cansado, aburrido de todo. El lugar era exquisito, me sentía bien, pero aún arrastraba lo que estaba fuera del parque.

Nos pusimos a conversar, a hablar de todo un poco, a mi me salieron algunas de esas ideas que escupo cuando mi cabeza no está bien, un poco deprimentes, y me salieron algunas lagrimitas, estaba con lentes oscuros pero se que se dio cuenta. Traté de dejar eso atrás y me puse a conversar de cosas más alegres, igual en mi cabeza seguían las ideas negras.

Conversando, tranquilamente sentados en el pasto, que de paso me mojo el trasero, me puse a mirar detenidamente el suelo, estábamos sentados sobre tréboles, muchos tréboles, distintos tipos, muy bonitos. Fue entonces cuando miro detenidamente uno de ellos, algo había en ese trébol que no estaba en los demás, lo tomé y… tenía cuatro hojas. Es raro como las cosas ocurren, con un trébol… me sentí un poco más alegre.

Con esto comencé con una conversación más grata, me sentía mejor, guarde el trébol en mi billetera, cuidadosamente. Después de un rato de helarme el trasero, decidí… helarme la espalda, y me tiré en el pasto. Conversamos muy entretenidos, conversamos de todo, de su trabajo, de mi memoria… no, es de lo que no quiero hablar por el momento. En ese momento se nos acercó un perro negro, un perro que se veía muy cuidado, muy juguetón, muy lindo, me gustan los perros. Después de acariciarlo unos momentos se fue jugando por el pasto.

Y seguimos conversando, entonces… nuevamente mire al suelo, y nuevamente algo me llamó la atención y… que les puedo decir, otro trébol de cuatro hojas, algo muy raro, yo jamás había encontrado uno y ahora llevaba dos, mi amigo no lo creía, así que se lo di, él me dijo que igual no era como el que yo había encontrado hace un rato, que le gustaba más el mío, y mire al suelo otra vez y… otro trébol de cuatro hojas, increible!!! Esto ya estaba tomando un aire a dimensión desconocida. Este trébol era igual al que había encontrado hace un rato, así que también se lo di.

Yo ya estaba muy tranquilo, estaba bien, seguimos conversando, muy rico todo. Conversamos y conversamos, creo que es algo que disfrutamos mucho, además de otras cosas. Y… nuevamente, volvió el perro negro (¿creían que venía otro trébol más?), el perro derechamente era muy rico, juguetón y manso, muy rico. Se puso a jugar, se tiró en el pasto y jugaba con nuestras manos, mordiendo muy suave, como hacen los perros. Después de un ratito, el perro se fue. El parque ya se estaba poniendo fresco, así que decidimos dejar el pasto húmedo y caminar un poco. Cuando nos levantábamos, yo ya estaba un poco obsesionado con el asunto trébol, así que miré una vez más, la última, al suelo. Y… pues adivinen, el último trébol del día, esto ya era un juego del destino, era algo raro. No se cuales son las posibilidades de esto, pero me estaba pasando. Quizás era un lugar contaminado con basura atómica, pero estaba pasando. Este trébol me lo quedé yo.

Nos levantamos y caminamos por el parque, mirando las esculturas (obvio), y me di cuenta de la sala de exposiciones que hay en el parque, lo invité a pasar y entramos. Estábamos mirando todas las obras que estaban allí, todo muy bonito y yo poniendo mi mejor cara de tipo amante del arte, que si bien me gusta, no es algo que necesite. Junto a nosotros estaba una mujer y su hija, mirando las obras.

Repentinamente esta mujer se nos acerca y no pregunta si estaríamos dispuestos a que nos fotografiara mirando las obras. Nos miramos y dijimos que si, después de asunto “tréboles”, yo estaba en manos del destino, y estaba mirando con cuidado lo que ocurría, podía ser entretenido.

Nos sacamos la foto, y nuevamente puse mi cara de observador, aunque no me salía, estaba esta niña pequeña, jugando entre los pilares que sostenían las esculturas, y volvió un poco la sensación de tristeza (ya saben que tengo un lío con eso aún). La fotógrafa se dio cuenta, no se bien que cara tenía mi amigo, pero nos pidió que sonriéramos más, y para hacerlo, me quedé pegado mirando a la niña, pero esta vez no mirando lo que no tenía, sino lo que era, una niña alegre que jugaba a pesar de lo que pasara a su alrededor.

Nos tomó las fotos y después nos hizo unas preguntas, no sin antes decirnos que estas fotos aparecerían en un diario pronto. La primera pregunta fue si no teníamos problemas con eso, nos miramos y después de los tréboles, dije que no tenía problemas. La primera pregunta, mi nombre, fue un poco difícil, bueno… no tanto, pero me atreví y le dije mi nombre, mi amigo me miró e hizo lo mismo.

Después nos pregunto que nos parecía la exposición, mi amigo que es más entendido dio una buena explicación de lo que veíamos. Después llegó mi turno, me sentía un poco… avergonzado, yo soy muy simple en mi manera de pensar, y trato de decir que es lo que siento con las cosas, no me preocupo mucho de lo que se supone que es lo que debo saber, sino de lo que siento. Salio de mi boca una respuesta, que después de lo que me había pasado, de los sentimientos por mis días en casa, mi experiencias en la tarde, y por sobre todo, por lo extraño del asunto tréboles y mi renovada fe en que algo más pasa en este mundo, pero no lo vemos o no lo queremos ver, le dije que lo que más veía era tranquilidad, a las figuras las veía calmas, mirando fijo, con las caras sin rasgos de algún sentimiento, solo estaban ahí, mirando lo que pasaba totalmente tranquilas.

Ellos mi miraron y al parecer concordaron conmigo, después de nuestra “entrevista” salimos de la sala, nos reíamos de nuestra experiencia y conversábamos de lo raro que había sido todo. Me preguntaba como era que me había atrevido a decir mi nombre, y salir junto a mi amigo, en una foto que saldrá en el diario y lo verá todo chile. Me preguntaba quien de los que me conoce me vería, que pensarían, es que acaso se darían cuenta de lo que sospecharon por tanto tiempo, del hecho que acá en la casa estamos suscritos a ese diario, por lo que me verán pronto en ese diario con mi amigo, y que ya a mi mamá le he hablado de este amigo, y que sumando 1 + 1, es lógico lo que pasa. Después de un rato me di cuenta que como siempre mi cabeza estaba pasada de revoluciones y me dedique a disfrutar de toda esta experiencia.

Me reía de lo que nos había pasado, ya no me preocupé de lo que podía pasar, solo me reía. Y después pensé que… y si es esto lo que me deparaban esos cuatro tréboles, quizás es mi regalo de la suerte, romper más miedos. Después de todo, este año ha sido una locura, una más no me matará. Aunque… llegué a jugar dos lotos… por siaca.

2 comentarios:

martin_martin dijo...

una encrucijada entre una drogueria y unas estatual hahaha

lo extraño es que luego que se fue el perrito no volvimos a ver treboles tendremos que llamar a fox molder,
como sera de rro que mi viejo mi quiso decirme lo remoto que puede ser y el es fanatico para sacar calculos, lo cierto y pasando al tramo personal aveces no acen falta palabras para saber que uno tiene que ser compañero en el caso que el otro te con bajon la pasamos muy bien saludos tige

Doso dijo...

Los pequeños grandes detalles hacen la diferencia, un trebol, un perro, la sonrisa de una niña, una foto, la pasividad de un estatua, un parque, un amigo....
Espero que tu vieja se recupere luego, fuerza con eso y animo en los que haceres del hogar jejeje no es tan terrible limpiar un baño....
Un abrazo
DOSO